MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La compañía Icom, fabricante japonesa de dispositivos de radio, ha afirmado este jueves que "no puede confirmar" si los walkie-talkies con su logo que explotaron durante el día anterior en una nueva oleada de explosiones de aparatos electrónicos en Líbano y dejaron al menos una veintena de muertos y más de 450 heridos fueron enviados por su empresa.
La empresa ha señalado que los dispositivos en cuestión, el modelo IC-V82, es una radio portátil que fabricaron y enviaron a mercados extranjeros, "incluido Oriente Próximo, desde 2004 hasta octubre de 2014", pero que "se dejó de fabricar hacer unos diez años": "Desde entonces no la hemos enviado desde nuestra sede".
"La producción de la batería utilizada para hacer funcionar el dispositivo ya se ha interrumpido, y el producto tiene una pegatina con un holograma para evitar falsificaciones, por lo que no es posible confirmar si fue enviado por nuestra empresa", reza un comunicado publicado en página web.
En cuanto a la distribución de sus bienes, Icom ha subrayado que "los productos destinados a mercados extranjeros se venden únicamente a distribuidores autorizados" y que estos envíos se realizan después de formular un programa de exportación basado en normativa de control de seguridad establecido por el Ministerio de Economía, Comercio e Industria, y "se lleva a cabo un estricto control de las exportaciones".
Por otro lado, en cuanto a la fabricación, la compañía ha informado de que sus radios se fabrican "bajo un estricto sistema de gestión" en su filial de producción Wakayama Icom Co. en la prefectura de Wakayama. "No utilizamos ninguna pieza distinta de las especificadas. Además, todas las radios se fabrican en la misma fábrica y no se producen en el extranjero", ha concluido.
Horas antes, Icom había indicado a través de un primer comunicado que estaban investigando los hechos después de que se informara de que "walkie-talkies con pegatinas con el logotipo" de su empresa habían explotado en Líbano. Con todo, han prometido informar de nuevos detalles en el momento en el que consigan nueva información.
La jornada anterior se caracterizó por otra oleada de explosiones de miles de buscapersonas (con el logo de la empresa taiwanesa Gold Apollo) pertenecientes a supuestos miembros del partido-milicia chií libanés Hezbolá que se saldó con doce muertos, dos de ellos niños, y unos 2.800 heridos. Las primeras investigaciones apuntaron a la colocación de explosivos en el interior de los dispositivos, por lo que lo que quedaría por resolver cómo y cuándo pudieron ser colocados.
Gold Apollo afirmó en un comunicado que sus dispositivos fueron fabricados por una compañía con sede en la capital húngara, Budapest, si bien el Gobierno de Hungría aseguró que su empresa, BAC Consulting, es un mero "intermediario comercial". Tanto las autoridades de Líbano como Hezbolá han denunciado que las explosiones fueron obra de Israel y han asegurado que habrá una respuesta, si bien desde el Gobierno israelí no se han pronunciado aún al respecto.