Actualizado: sábado, 21 noviembre 2015 17:38


KABUL, 21 Nov. (Reuters/EP) -

Investigadores afganos han señalado este sábado que la captura de Kunduz en septiembre por parte de los talibán se debió a fallos de liderazgo, un descubrimiento que no hace sino aumentar la preocupación sobre la capacidad del Gobierno en materia de seguridad.

"El mayor fallo fue de liderazgo", ha declarado el ex director de la Agencia de Inteligencia Nacional afgana, Amrullá Salé, en una conferencia de prensa en Kabul.

"El día de la crisis nadie sabía quien estaba al mando", ha añadido Salé, que fue designado por el presidente Ashraf Ghani para dirigir la investigación y que no ha señalado como culpable a ningún miembro del Ejército o Gobierno, pero si ha propuesto cambios en el Consejo de Seguridad Nacional.

Asimismo, el equipo coordinado por Salé no ha encontrado prueba alguna de que las tropas gubernamentales en la ciudad sufrieran escasez de munición o alimento.

Según ha declarado, los bombardeos de Estados Unidos evitaron que los insurgentes se hicieran con el aeropuerto, pero, por contra, ha evitado hacer referencia alguna al error de su aliado al alcanzar en sus bombardeos un hospital de Kunduz dirigido por Médicos Sin Fronteras, un incidente que dejó 22 muertos.

La toma de la ciudad por los talibanes supuso un fuerte golpe contra el Gobierno presidido por Ashraf Ghani, que tuvo el efecto colateral de causar que la misión militar estadounidense en Afganistán, que ya dura 14 años, se alargue por tiempo indefinido.

Los insurgentes, que se encuentran combatiendo para expulsar a las tropas extranjeras y al gobierno nacional apoyado por Estados Unidos, mantuvieron el control sobre Kunduz durante tres días antes de que las tropas gubernamentales apoyadas por soldados y aviación del Ejército estadounidense, los expulsaran.

La lucha desplazó a miles de residentes hacia la zona de Tayikistán y Asia Central y dejó cerca de 200 muertos, entre policías, soldados y civiles que vivían en el área, según informó el gobernador de la zona, que señaló además que las bajas del bando talibán eran significativamente mayores.

El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró a mediados de octubre que las fuerzas afganas no eran suficientemente fuertes para manejar la "frágil situación". Por ello, Estados Unidos mantendrá un contingente de 9.800 tropas durante la mayor parte de 2016.

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