ATENAS, 29 Feb. (Reuters/EP) -
La incesante llegada de inmigrantes y solicitantes de asilo a territorio griego y la falta de ayuda o alternativas para la gran mayoría ha dejado a familias enteras viviendo en la indigencia en las calles de Atenas, donde ahora tienen que hacer frente al frío y al hambre.
Mohamed Asif y su familia son afganos y, como miles de compatriotas, han quedado atrapados en Grecia tras la decisión de Macedonia de impedir el paso de personas de esta nacionalidad. Ahora, viven con apenas una manta y un trozo de plástico.
"Estamos desesperados. Dejamos Afganistán porque somos hazaras y los talibán amenazaban con matarnos, a toda mi familia", ha contado Asif, de 43 años pero visiblemente envejecido. "¿Qué haremos ahora?", se pregunta este hombre, que lleva tres días durmiendo al raso con su mujer y sus dos hijos, de 10 y 13 años.
El tráfico de drogas o la prostitución es la salida para parte de este colectivo que, como ha relatado Asif, lo ha perdido todo por el camino. "No tengo más dinero. Pagué 10.000 dólares para llegar a Europa", ha explicado.
Lejos quedan de momento sus deseos de llegar a Alemania, Suecia o Austria, donde quería ofrecer a sus hijos "un futuro mejor".
ATRAPADOS
La mayoría de los 400 afganos que han tomado la plaza Victoria de Atenas son de etnia hazara, una minoría especialmente masacrada durante el régimen talibán. Una organización cristiana reparte galletas y zumo y, de manera ocasional, los propios vecinos ofrecen su comida.
"Estaré aquí hasta que Macedonia abra su frontera", ha advertido Ali Jan Ranjbar, un hazara de 28 años natural de Ghazni, una ciudad del centro de Afganistán.
Naciones Unidas calcula que una cuarta parte del millón de refugiados que llegó a Europa el año pasado procedían de Afganistán. Las autoridades griegas estiman que unas 22.000 personas han quedado atrapadas en el país por el aumento de los controles fronterizos en varios países del este.