NUEVA YORK, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los familiares de la periodista estadounidense Marie Colvin, fallecida hace cuatro años mientras cubría la guerra de Siria, han denunciado al Gobierno sirio por homicidio culposo al orquestar la muerte de la reportera como parte de una "estrategia sistemática para silenciar a los periodistas y activistas que intentaban comunicar sobre la guerra".
La denuncia ha sido presentada ante un tribunal federal de Washington y apunta que altos oficiales sirios, entre ellos Maher al Assad, hermano del presidente, trazaron una estrategia para localizar, perseguir y eliminar a periodistas extranjeros, así como a los sirios que pudieran haber prestado su ayuda.
Tras una investigación de tres años, los familiares de Marie Colvin dicen haber resuelto las circunstancias que desembocaron en la muerte de la reportera, durante largo tiempo corresponsal del magacín dominical del diario británico 'The Times', y que murió el 22 de febrero de 2012 junto a un fotorreportero francés, Rémi Ochlik, cuando fuerzas sirias bombardearon el apartamento en el que residían, en el barrio de Baba Amr (Homs)
El ataque, según familiares y colegas, tuvo lugar después de que Colvin acusara al Gobierno sirio de bombardear "a civiles muertos de hambre y de frío". Damasco, por contra, señaló que la periodista se encontraba fuera de territorio controlado por el Ejército sirio -- por lo que estaba violando la ley nacional -- y que el bombardeo tenía por objetivo a "grupos terroristas de la zona".
Sin embargo, la acusación contra el Gobierno sirio detalla que un informador podría haber proporcionado a las autoridades sirias la posición de Colvin tras rastrear su teléfono y sugiera que un líder de una milicia local favorable al Gobierno, identificado como Jaled al Fares, podría haber estado directamente implicado en su muerte. Al Fares, señala la acusación, recibió un "coche negro de lujo" tras las muertes de Colvin y Ochlik, como supuesta recompensa.
Junto al hermano de Al Assad, la denuncia señala a otros ocho oficiales sirios, entre ellos el jefe de Inteligencia del régumen en Homs, Ali Mamlouk, de acuerdo con los documentos recogidos por el 'New York Times' en lo que se trata del primer caso criminal presentado desde Estados Unidos contra las autoridades de Damasco.
La denuncia recoge incluso un documento sirio en el que Mamluk declara ante los observadores de la Liga Árabe que los periodistas extranjeros no son sino "agentes de inteligencia" y que "las fuerzas sirias podrían destruir el barrio de Baba Amr en diez minutos si no fuera por las cámaras". Según la línea de tiempo establecida en la denuncia, Mamluk conoció la posición de los periodistas el día antes de ordenar el ataque.