MADRID 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado este lunes un nuevo manual con el que busca garantizar que los pueblos indígenas, depositarios de más del 80 por ciento de la biodiversidad global, puedan libremente dar o no su consentimiento en intervenciones de desarrollo que afecten a sus recursos naturales o a su forma de vida.
Este manual, sobre el consentimiento libre, previo e informado, describe los pasos esenciales que se deben tomar para que los pueblos indígenas puedan participar, libres de coerción y con la información necesaria, en proyectos de desarrollo --desde su diseño hasta los logros una vez culminados los proyectos-- antes de que se tome cualquier decisión.
La directora del departamento de FARO para Asociaciones, Promoción y Desarrollo de Capacidades, Marcela Villarreal, ha señalado este lunes en un comunicado de prensa que "nadie" permitiría a cualquiera a llegar a su hogar para que "comenzara cualquier actividad de cualquier tipo" sin su consentimiento.
"Es sorprendente que en el siglo XXI haya una comprensión subyacente de que existen distintos derechos para diferentes seres humanos", ha señalado Villarreal. "Esto es una marginación 'de facto', que divide derechos para ciudadanos de primera y segunda clase", ha explicado.
Según la FAO, 370 millones de indígenas que viven en más de 90 países forman parte del 75 por ciento de la diversidad cultural del mundo, y hablan más de la mitad de los 7.000 idiomas que sobreviven en el mundo.
Sin embargo, durante las últimas décadas se han enfrentado a cada vez más desafíos en relación a sus medios de vida, al respeto a sus derechos y creencias espirituales y a su acceso a los territorios, recursos naturales y terrenos.
En este contexto, la FAO ha subrayado la importancia de los sistemas de conocimiento tradicional de los pueblos indígenas, así como su contribución a los logros de cara a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En particular, sobre la lucha contra la malnutrición y la inseguridad alimentaria, la agencia ha señalado que los "sistemas alimentarios de los pueblos indígenas pueden ayudar al resto de la humanidad a expandir su base alimentaria" y que "con la protección de los recursos naturales, muchas comunidades indígenas pueden ayudar a mitigar los impactos negativos del cambio climático".