MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
El ex primer ministro palestino Salam Fayyad ha afirmado este jueves que no cerrará ningún acuerdo para superar el veto de Estados Unidos a su nombramiento como jefe de la Misión de Apoyo de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), en sustitución de Martin Kobler.
En un comunicado publicado en su página en la red social Facebook, Fayyad ha recalcado "no habrá acuerdo", en referencia a la propuesta de Israel de que se dé un cargo en Naciones Unidas a la exministra Tzipi Livni a cambio.
El lunes, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, defendió que Fayyad es "la persona adecuada" para ejercer de enviado especial de la ONU para Libia, pese a la oposición estadounidense.
"Creo que es la persona adecuada para el trabajo adecuado en el momento adecuado", aseveró Guterres desde Dubai, en el marco de su gira por la región. "Y creo que es una pérdida para el proceso de paz y para el pueblo libio que no pueda designarle", dijo.
La nueva embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Nikki Haley, ha rechazado el nombramiento de Fayyad esgrimiendo que la organización internacional ha mostrado durante demasiado tiempo "un injusto partidismo a favor de la Autoridad Palestina en detrimento de Israel".
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha calificado de "discriminación flagrante" el veto estadounidense. "Se trata de una carta blanca para facilitar la exclusión de los palestinos en cualquier ocasión", denunció Hanan Ashrawi, del Comité Ejecutivo de la OLP.
Fayyad, ex empleado del Fondo Monetario Internacional (FMI) educado en Texas, fue primer ministro palestino de 2007 a 2013 y se ganó el respeto de la comunidad internacional por sus esfuerzos para reducir la corrupción en las instituciones públicas.
Kobler fue nombrado enviado de la ONU para Libia en noviembre de 2015, en sustitución del español Bernardino León. Durante su mandato se pactó un acuerdo político para el país que llevó a la creación de un gobierno de unidad.
El gobierno de unidad se instaló hace varios meses la capital, Trípoli, para intentar unificar el país políticamente, aunque por el momento la situación sigue altamente fragmentada.