Las YPG rechazan las acusaciones y dicen "no tener conexión" con lo sucedido
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han condenado este miércoles el atentado con camión bomba ejecutado el martes en la ciudad de Afrin, que se saldó con la muerte de 52 personas, y ha criticado la "política destructiva" de la "ocupación turca en la zona".
"Lo que pasó ayer en Afrin es un condenable acto terrorista que causó la muerte de personas inocentes", ha dicho el comandante de las FDS, Mazlum Abdi, a través de un mensaje publicado en su cuenta en la red social Twitter.
"Este acto criminal es el resultado de la política destructiva aplicada por la ocupación turca y sus mercenarios en la ciudad de la paz y los olivos", ha agregado.
Por su parte, El Consejo Democrático Sirio (SDC) --brazo político de las FDS y al frente de la administración kurda del este de Siria-- ha tildado de "cobarde acto terrorista" el ataque y ha acusado a las fuerzas apoyadas por Turquía de lo sucedido.
"La invasión turca, dependiente de facciones con ideologías terroristas, ha abierto la puerta a que las fuerzas terroristas se reorganicen y lleven a cabo ataques cobardes bajo protección turca", ha señalado en un comunicado publicado en su página web.
Asimismo, ha acusado a las fuerzas turcas de "confiscar propiedades civiles y tierras agrícolas para desplazar a la población (de Afrin) y cambiar la demografía de la ciudad" y de "violar los acuerdos alcanzados con Estados Unidos y Rusia para un alto el fuego en el norte y el este de Siria".
Turquía acusó del atentado, ejecutado en un mercado de Afrin, a la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG), principal integrante de las FDS, si bien hasta el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque.
Sin embargo, Nuri Mahmud, uno de los portavoces de las YPG, ha negado este mismo miércoles la responsabilidad del grupo en el ataque. "Estas acusaciones son falsas y no tenemos conexión con lo sucedido", ha dicho, según la agencia de noticias NPA, vinculada a las autoridades kurdo-sirias.
UNICEF HABLA DE "TRAGEDIA"
Por su parte, el director regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para Oriente Próximo y Norte de África, Ted Chaiban, ha descrito como "una tragedia" la muerte de once niños en el ataque, en el que resultaron heridos "muchos más".
"Tememos que el número de muertos sea mucho mayor", ha dicho, antes de agregar que "diez años después del estallido del brutal conflicto en Siria, los niños siguen siendo los más afectados por niveles sin precedentes de violencia, destrucción y muerte". "La violencia genera más violencia", ha manifestado.
Así, ha resaltado que esta violencia "no es nueva en Afrin" y ha recordado que a principios de 2018 "casi 56.000 niños se vieron obligados a huir a otras zonas del país" a causa de la ofensiva turca contra la ciudad.
"La guerra en Siria está lejos de terminar. UNICEF recuerda a todas las partes en el conflicto y a quienes tienen influencia sobre ellas que los niños no son un objetivo y que los ataques a zonas pobladas por civiles constituyen una violación del derecho internacional", ha destacado.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha elevado a 52 los muertos y ha dicho que otras 50 personas resultaron heridas, antes de agregar que el balance de fallecidos podría aumentar debido a que varios de ellas se encuentran en estado grave.
LA PRESENCIA TURCA EN AFRIN
El cantón de Afrin fue arrebatado por Turquía y sus aliados sirios a las YPG en marzo de 2018 como consecuencia de la 'Operación Rama de Olivo', una ofensiva lanzada por Turquía junto con efectivos del Ejército Libre Sirio (ELS).
Previamente, había lanzado en 2016 la operación 'Escudo del Éufrates' contra las YPG con apoyo del ELS, una coalición de grupos rebeldes a la que Ankara respalda en el marco de la guerra en Siria. Asimismo, en 2019 lanzaron la 'Operación Manantial de Paz' contra las YPG en el norte del país.
Las YPG son la columna vertebral de las FDS, las fuerzas armadas de la autoproclamada República de Siria del Norte, que controla el noreste de Siria con el apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, Turquía considera a las YPG una filial del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y por tanto una organización terrorista.
El Ejército turco ha intensificado sus operaciones contra el PKK tanto en el país como en el norte de Irak desde que quedó roto el alto el fuego entre el Gobierno y el grupo armado en julio de 2015.
La ruptura del alto el fuego tuvo lugar poco después de que Gobierno y guerrilla firmaran los conocidos como acuerdos de Dolmabahce para avanzar en las conversaciones de paz y tras la histórica entrada en el Parlamento turco del pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
Más de 40.000 personas, en su mayoría kurdos, han muerto desde que el PKK se alzó en armas contra las fuerzas gubernamentales en 1984. El grupo está considerado organización terrorista por Turquía, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.