MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ha seguido en silencio desde los últimos bancos de Comodoro Py --sede del Poder Judicial-- la sesión inaugural del primer juicio que se celebra en su contra por la corrupción durante su Gobierno, al que seguirán otros.
Fernández de Kirchner y los otros trece acusados, entre ellos el ex ministro de Planificación Julio de Vido, el empresario y supuesto testaferro Lázaro Baez y Carlos Kirchner, primo del fallecido Néstor Kirchner, han acudido este martes a la sede judicial para la lectura de cargos.
Durante las tres horas que ha durado, la líder izquierdista se ha mostrado tranquila. Sus únicos momentos de distracción han sido para hablar con su abogado y mirar su teléfono móvil, según informa el diario argentino 'La Nación'.
La antigua mandataria no ha tenido ningún contacto con los demás acusados. Ella se ha sentado en los últimos bancos y ellos en los primeros, algo que la prensa local ha interpretado como una maniobra para impedir una fotografía incómoda para Fernández de Kirchner, que aspira a ser vicepresidenta en las elecciones del próximo 27 de octubre.
El único momento de tensión ha sido cuando la defensa de De Vido ha intentado plantear la nulidad de las actuaciones judiciales, algo que los tres magistrados del Tribunal Oral Federal Número Dos no permitirán hasta que concluya la lectura de cargos. "Es inadmisible", ha dicho el letrado.
Entretanto, a las puertas de Comodoro Py han acudido decenas de simpatizantes para expresar su apoyo a Fernández de Kirchner, entre ellos el ex ministro de Economía Axel Kicillof y las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo Hebe Bonafini y Estela de Carlotto.
El juicio se retomará el próximo lunes y se espera que se prolongue hasta final de año, dado que solo habrá cuatro audiencias semanales. La sentencia se conocerá a principio de 2020, es decir, una vez celebradas las elecciones presidenciales.
En esta causa, Fernández de Kirchner está acusada de liderar una organización criminal para defraudar al Estado contratando obra pública en la provincia de Santa Cruz a través de testaferros con el Grupo Austral Construcciones, propiedad de la familia Kirchner. Con ello habría facturado 46.000 millones de pesos (más de mil millones de euros).
Fernández de Kirchner tiene otras causas penales abiertas, incluidas las conocidas como Hotesur y Los Sauces --por corruptelas similares-- por las que ya se ha ordenado la apertura de juicio oral. La ex presidenta argentina atribuye la acción judicial a una persecución política.
El juicio que arranca este martes, escribió horas antes en Twitter, "es un nuevo acto de persecución con un único objetivo: colocar a una ex presidenta opositora a este gobierno en el banquillo de los acusados en plena campaña presidencial".
A pesar de la carga judicial que soporta, Fernández de Kirchner, que gobernó la nación austral dos mandatos consecutivos tras los cuatro años de su marido, anunció durante el fin de semana que acompañará como candidata a vicepresidenta a Alberto Fernández, su antiguo jefe de Gabinete.