Refugiados rohingya en Bangladesh
REUTERS / MOHAMMAD PONIR HOSSAIN
Actualizado: sábado, 2 septiembre 2017 23:17


DUBAI, 2 Sep. (Reuters/EP) -

Un dirigente de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), filial de al Qaeda en Yemen, ha pedido acciones violentas contra las autoridades birmanas en apoyo a los rohingyas, la minoría musulmana de Birmania, tras la nueva oleada de violencia contra esta comunidad.

Un vídeo publicado por la organización Al Malahem, el conglomerado mediático de Al Qaeda, el miembro de AQPA Jaled Batarfi pide a los musulmanes de Bangladesh, india, Indonesia y Malasia apoyar a sus "hermanos" rohingyas frente a los "enemigos de Alá", informa el grupo de estudios sobre terrorismo SITE.

Batarfi, excarcelado por las autoridades yemeníes en 2015 tras la toma de la ciudad portuaria de Mukalla por pare de AQPA, también ha apelado a Al Qaeda en el Subcontinente Indio (AQSI) a realizar acciones violentas. "No escatiméis esfuerzos en la yihad contra ellos y en repeler sus ataques y cuidaos de no abandonar a nuestros hermanos en Birmania", ha añadido Batarfi, según el vídeo recogido por SITE.

Unos 58.600 rohingyas han huido hacia Bangladesh debido a la violencia, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Las autoridades birmanas atribuyen la violencia a la presencia del Ejército de Salvación Arakan Rohingya (ARSA), pero diversas organizaciones independientes denuncian una respuesta desproporcionada de las fuerzas de seguridad.

Malasia es uno de los países de acogida de los rohingya. Sin embargo, el grueso de los refugiados se encuentra en Bangladesh, a donde en apenas una semana han huido 18.000, que se suman a los 400.000 que están en suelo bangladeshí desde la década de 1990.

Este es el mayor estallido de violencia desde hace cinco años, cuando los enfrentamientos entre rohingyas y budistas --que son mayoría en el resto de Birmania-- arrojaron un balance de más 200 muertos y 140.000 desplazados en la capital de Rajine.

Los rohingyas son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

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