MANILA 27 Oct. (Reuters/EP) -
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, ha asegurado que su país no tiene capacidad para reubicar permanentemente a los solicitantes de asilo que están ahora alojados en campos de detención australianos situados en islas del Pacífico sur.
Cientos de personas que han llegado en embarcaciones en busca de asilo en Australia han sido trasladadas a campos de detención en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, y en la pequeña isla de Nauru.
"Nos gustaría ayudar pero hay limitaciones a la hora de poder ayudar", ha explicado el presidente Aquino, en declaraciones a la prensa en Manila. El mandatario ha afirmado que su Gobierno tiene que afrontar "las necesidades de su propio pueblo ahora".
Las autoridades de Canberra y Manila han mantenido contactos para intentar acordar el realojo de algunos de los refugiados en Filipinas después de que el Gobierno australiano lograra un acuerdo similar con Camboya.
Las organizaciones defensoras de Derechos Humanos han criticado al Gobierno filipino por iniciar un diálogo con Australia cuando miles de filipinos viven como desplazados desde que el tifón Yolanda les dejó sin casa en 2013.
"Este acuerdo propuesto no es de naturaleza transitoria, no busca solo un punto de tránsito sino en realidad realojar a esas personas aquí", ha afirmado Aquino. "No tenemos capacidad en este momento para poder dar residencia de forma permanente a estas personas", ha subrayado.
El Gobierno de Australia le había ofrecido a Filipinas unos 150 millones de dólares (unos 135 millones de euros) en los próximos cinco años a cambio de aceptar la reubicación permanente de un determinado número de refugiados.
El Ejecutivo australiano logró un acuerdo similar con Camboya pero solo logró reubicar a cuatro solicitantes de asilo antes de que se suspendiera el pacto. Desde 2012, todos los inmigrantes que intentan llegar por mar a Australia han sido rechazados o llevados a campos de detención en Nauru, donde ha habido denuncias de ataques y abusos continuos a niños, o a Papúa Nueva Guinea, donde las autoridades de Canberra han establecido centros de procesamiento.
Desde finales de los años 70 hasta finales de los 80, Filipinas ayudó a miles de personas de Vietnam, Laos y Camboya que escapaban en embarcaciones de sus países para intentar conseguir la residencia en Estados Unidos y en Occidente.