BRUSELAS, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía federal belga cree que había motivos para temer nuevos atentados por el tipo de armas hallados durante el operativo que llevó a la detención, el pasado viernes, de Salah Abdeslam, y, aunque no ha querido revelar detalles de la investigación, sí ha ironizado con que las armas "no eran para ir de pícnic".
"En cuestiones de terrorismo, intentamos intervenir antes de que sucedan las cosas, por eso no podemos decir lo que hubiera sido. Pero podemos hacer suposiciones y, encontrar combatientes con armas en una casa, no creo que fuera para ir de picnic", ha declarado en una rueda de prensa el fiscal federal encargado del caso, Frédéric Van Leeuw.
El pasado martes, un presunto yihadista murió abatido por la Policía en un apartamento en el barrio bruselense de Forest, en donde las fuerzas de seguridad hallaron al menos un 'kalashnikov', numerosos cargadores para ese arma, una bandera del grupo terrorista Estado Islámico y rastros de ADN de Abdeslam, que podría haberse dado a la fuga durante el asalto de ese mismo día.
Según publica la cadena RTBF, también se encontraron en el lugar "varios detonadores", aunque este dato no ha sido confirmado por la Fiscalía.
Van Leeuw se ha mostrado muy prudente a la hora de exponer el caso ante la prensa y ha pedido "prudencia" para no entorpecer una investigación que sigue en curso, ni la búsqueda de otros sospechosos que siguen fugados de la justicia.
Precisamente este lunes, las autoridades han lanzado una nueva alerta para solicitar la colaboración ciudadana y obtener información sobre Najim Laachraoui (mayo 1991), cuya identidad real no se ha dado a conocer hasta hoy, pese a que los investigadores le relacionan con Abdeslam.
Según ha publicado la cadena RTBF, Laachraoui no sólo fue uno de los acompañantes de Salah Abdeslam meses antes de los atentados --cuando fueron identificados en un control policial en la frontera entre Austria y Hungría--, sino que participó en la fabricación de los cinturones explosivos con los que se inmolaron al menos dos de los yihadistas el 13 de noviembre en París.
Van Leeuw ha evitado confirmar esta información y no ha querido responder a si las pruebas obtenidas hasta el momento permiten aclarar si Abdeslam ha pasado los últimos cuatro meses refugiado en el barrio de Molenbeek, de donde es originario.
La Fiscalía halló huellas y rastros de ADN del terrorista en al menos la vivienda de Forest y, según varios medios, también en otro apartamento registrado meses atrás. "No es posible poner fecha a las huellas o ADN", se ha justificado el fiscal.
En cualquier caso, ha celebrado que la investigación haya permitido obtener "bastantes piezas del puzzle", aunque quede "mucho" para "completarlo".
CAMBIO DE IMAGEN
Pese a la escasa información que ha revelado en su comparecencia ante la prensa, el fiscal sí ha dejado entrever que Abdeslam había cambiado de aspecto durante el tiempo en que ha permanecido escondido.
"No soy fisonomista, pero yo no le hubiera reconocido", ha aseverado Van Leeuw, a preguntas de los periodistas sobre si Abdeslam había modificado su aspecto.
También ha confiado en que Abdeslam coopere con los investigadores belgas para "llevar luz a la investigación y aclarar las sombras" del caso, tal y como ha prometido el abogado del detenido.
El letrado, Sven Mary, ha asegurado en declaraciones a diversos medios durante los últimos dos días, que Abdeslam está dispuesto a colaborar y ha asegurado que el testimonio de su defendido "vale oro".
Mary, polémico legalista que ya ha defendido a otros acusados de extremismo en Bélgica, ha avisado de que recurrirá la extradición de Abdeslam a Francia.
El fiscal francés responsable del caso, François Molins, se encuentra en Bruselas para coordinar la investigación con las autoridades belgas y tratar de agilizar la extradición del acusado de terrorismo.
Molins ha dicho en la misma rueda de prensa que Van Leeuw que tanto la Justicia gala como las familias de las víctimas del 13N esperan que la extradición se produzca "cuánto antes", aunque las autoridades belgas han advertido de que podría el proceso podría alargarse hasta tres meses si el acusado recurre la petición hasta el Tribunal de Casación.