MADRID 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las fisuras abiertas en las inmediaciones de la localidad islandesa de Grindavík ya no muestran "actividad volcánica visible", después de que este martes de madrugada haya cesado la emisión en la parte norte, si bien las autoridades siguen apelando a la prudencia y evitan dar por concluida la emergencia.
La fisura sur ya había dejado de expulsar lava el martes por la mañana y en la del norte la última emisión se registró poco después de la 1.00, según la agencia meteorológica islandesa. Además, la actividad sísmica sigue bajando --desde medianoche ha habido unos 200 pequeños temblores--, lo que "significa que la zona se está estabilizando".
En estos momentos, no obstante, los expertos siguen viendo "prematuro" declarar el fin de la erupción. Los sensores siguen detectando además una expansión del túnel con magma que circula bajo Grindavík, cuyos vecinos continúan evacuados a la espera de ver cómo evoluciona la situación.
Esta última erupción, la segunda en cuestión de un mes, comenzó el domingo y ha provocado la destrucción de varias viviendas, algo que no ocurría en Islandia desde hace décadas. Los servicios de emergencia han construido barreras para tratar de contener los daños y que han demostrado ser eficaces en el desvío de las coladas.