PARIS 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las medidas desgranadas ayer por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para aumentar el poder adquisitivo de los franceses ha provocado satisfacción en las filas del centro derecha y en el sector empresarial, pero han decepcionado a la izquierda.
El primer secretario de los socialistas, François Hollande, declaró hoy en Europe 1 que "Papá Noel ha anunciado un ayuno". "Los regalos ya los distribuyó en pleno mes de julio", dijo en referencia a las medidas fiscales y económicas anunciadas en esa fecha.
"Los 45 minutos de intervención del presidente no han llevado un sólo euro a un sólo francés", lamenta en un comunicado el secretario nacional de Economía del Partido Socialista, Michel Sapin. A su juicio, "nada concreto ni inmediato" figura en las propuestas adelantadas por el presidente, "ni sobre los precios ni sobre los salarios".
"Las medidas adelantadas por el presidente están ya en marcha desde hace varios años y han demostrado su ineficacia. Tras seis años, la UMP no ha dejado de reducir a nada las 35 horas sin que ello tenga efecto sobre el empleo o el poder de compra", se queja el PS.
Para la patronal francesa, Medef, Sarkozy ha dado muestras de "realismo económico y consideración hacia los agentes sociales", según un comunicado firmado por su presidenta, Laurence Parisot, en el que se garantiza la presencia de Medef en la conferencia sobre la agenda social de 2008.
"Muchos directores de empresa se han sentido apoyados por el presidente de la República, que ha sabido establecer el vínculo entre calidad de trabajo, duración del trabajo, empleo y expansión económica", agrega.
En el campo de la derecha, la formación del presidente, la UMP, señala en un comunicado firmado por su secretario general, Patrick Devedjian, que Sarkozy demostró "sin ambigüedad" que es "el presidente de la lucha contra la carestía de la vida, el presidente que pedirá a las empresas esfuerzos para aumentar los salarios a cambio de los esfuerzos del Estado para sumir los gastos sociales".
"El presidente de la República es un formidable saltimbanqui. Pero si se busca qué hay bajo el maremágnum de palabras y promesas, se descubre que que el rey está desnudo. Por muy bueno que sea el saltimbanqui, la ilusión desaparece y los franceses empiezan a entender que no se gobierna un país con trucos de magia", espeta, por su parte, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, del Frente Nacional.
En el frente sindical, la secretaria confederal de la CGT, Maryse Dumas, declaró en France-Info que Sarkozy "no tiene en cuenta" el problema ni "ataca las raíces del mal" y que deja el aumento salarial en manos de los trabajadores, que tienen que movilizarse y pedirlo ellos mismos a las empresas porque "no pueden esperar gran cosa de las medidas que se han anunciado".
Las centrales sindicales han propuesto a la patronal una declaración común para reafirmar la "autonomía" de los agentes sociales en la negociación sobre la modernización del mercado de trabajo, según Dumas.
PREOCUPACION
Quienes han mostrado preocupación por las propuestas del presidente son los propietarios, para quienes la idea de actualizar los alquileres con arreglo al índice de precios al consumo no les parece "una buena solución", según Bruno Dhont, presidente de la Asociación de copropietarios.
Además, la idea no les parece "inteligente" teniendo en cuenta que la inflación vuelve a situarse al alza. La Unión nacional de la propiedad inmobiliaria juzga, por su parte, que "se quita a unos lo que se da a otros".