PARÍS 28 May. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Salvador Martínez) -
El 59 por ciento de los franceses no trabajan hoy, según un sondeo publicado por el diario francés 'Metro', pese a que en 2005 el lunes de Pentecostés perdió su carácter exclusivo de fiesta nacional en Francia, convirtiéndose en una jornada de trabajo no remunerada que se conoce con el nombre de "día de solidaridad con las personas mayores y los discapacitados".
Firmado por el instituto de estudios de opinión Opinionway, el sondeo que publica hoy el rotativo gratuito señala que únicamente uno de cada cuatro ciudadanos franceses participa de una jornada de solidaridad con las personas mayores que en el Ministerio de Trabajo, Relaciones Sociales y Solidaridad entienden como "una jornada de trabajo suplementaria destinada a la financiación de acciones en favor de la autonomía de las personas mayores o discapacitadas" que "no da lugar a remuneración suplementaria".
El seguimiento de esta iniciativa, creada por el Gobierno francés en junio de 2004 tras la canícula del verano de 2003 que costó la vida a cerca de 15.000 personas --fundamentalmente personas mayores--, se identifica con la mitad de los trabajadores del sector privado, pues en el sector público el seguimiento de esta jornada solidaria es marginal.
El ministro galo de Trabajo, Relaciones Sociales y Solidaridad, Xavier Bertrand, asumió el escaso seguimiento de la jornada en la radio gala RTL, al anunciar que "habrá, antes del verano y bajo la autoridad del primer ministro, una reunión ministerial" que realizará una "evaluación concreta para ver cuáles son los puntos que podemos mejorar" en la aplicación del día de solidaridad con las personas mayores y discapacitadas.
Según Bertrand, esta evaluación debería tener en cuenta, por ejemplo, el hecho de que las escuelas "abran sus puertas aunque los profesores no den clases", dijo haciendo alusión a una de las razones que explican el escaso seguimiento de la jornada, pues los asalariados del sector privado que podrían participar del día de trabajo suplementario no lo hacen al no contar con el acompañamiento de los empleados del sector público y no disponer de centros educativos en los que dejar a sus hijos.
El ministro se mostró convencido que el próximo lunes de Pentecostés, habrá menos "desorden" que este año. Definiéndose "consciente de las dificultades de la aplicación del dispositivo", Bertrand prometió "una evaluación sin tabúes en la que no habrá el sentimiento de que todo va bien y que no hay nada que mejorar".
El dispositivo que plantea el trabajo suplementario de los asalariados en favor de las personas mayores y discapacitadas permite al Estado galo percibir 2.000 millones de euros cada año.