BRUSELAS, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Francia se ha ofrecido este viernes a organizar una cumbre en París en la que Serbia y Kosovo puedan retomar oficialmente el diálogo auspiciado por la Unión Europea (UE) para normalizar sus relaciones como vecinos, una propuesta que llega cuando Bruselas ha redoblado esfuerzos para retomar el proceso.
Según la información publicada por la Embajada de Francia en Pristina, el presidente galo, Emmanuel Macron, "está listo para acoger una cumbre en París" en el mes de julio que sirva de escenario para lanzar el proceso.
Fuentes diplomáticas han informado a Europa Press de que el evento internacional en París serviría de marco para iniciar el proceso, al que le seguirían luego las reuniones técnicas en Bruselas, aunque todavía no concretan fechas.
Eso sí, Bruselas se ha fijado el mes de julio para que Belgrado y Pristina reanuden las conversaciones. Esta iniciativa responde a los esfuerzos por aprovechar el impulso generado por el enviado especial de la UE para la zona, Miroslav Lajcak, y los encuentros de alto nivel de esta semana de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, con el primer ministro kosovar, Avdullah Hoti, y el presidente serbio, Aleksandar Vucic.
Además, la mediación europea gana peso después de que la cancelación de la reunión prevista este sábado entre Serbia y Kosovo en la Casa Blanca, después de que el Gobierno kosovar renunciara a acudir al encuentro por la acusación de crímenes de guerra y contra la Humanidad presentada por la Fiscalía del Tribunal Especial para Kosovo contra el presidente del país, Hashim Thaci.
La Fiscalía del Tribunal Especial para Kosovo ha acusado de diez cargos de crímenes de guerra y contra la Humanidad al presidente kosovar, como supuesto responsable de cerca de un centenar de asesinatos de albanokosovares, serbokosovares, gitanos y miembros de otras etnias en la última guerra (1998-1999).
Ante esto, la UE se ha limitado a comentar que es Kosovo quien debe decidir quién representa mejor sus intereses y acude a la negociaciones con Serbia. El bloque europeo ve estas conversaciones y la normalización de sus relaciones como una condición 'sine qua non' para las aspiraciones de Belgrado y Pristina de ingresar en la UE.