MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Francia han ordenado la apertura de un juicio contra el médico ruandés Eugene Nwamucyo por cargos de genocidio y crímenes contra la Humanidad por su presunta participación en el genocidio en el país africano en 1994.
Nwamucyo, quien fue médico en el hospital de Maubeuge, está acusado de dirigir las operaciones para el entierro masivo de tutsis y hutus moderados asesinados durante el genocidio, cargos que él rechaza, según ha informado la cadena France Bleu.
Las autoridades de Ruanda habían reclamado la extradición del hombre, de 61 años y residente en Bélgica, una petición que fue bloqueada hace diez años por un tribunal francés. El abogado del acusado asegura que estaba encargado de los entierros en el hospital, pero niega que participara en las matanzas.
La decisión ha llegado cerca de dos semanas después de que el Tribunal de Casación de París confirmara la resolución de una instancia inferior que ordena la entrega al Mecanismo Residual para los Tribunales Penales Internacionales (MTPI) del millonario Félicien Kabuga, considerado el principal financiador del genocidio y uno de los individuos más buscados por estas masacres.
El magnate estaba en busca y captura de Interpol por orden de Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), que le acusa de siete cargos de genocidio y crímenes contra la Humanidad por los sucesos de 1994. Kabuga fue detenido en mayo a las afueras de París, donde vivía con una identidad falsa, tras más de dos décadas huido.
Kabuga, un empresario de etnia hutu, está acusado de financiar a las milicias que perpetraron la matanza de cerca de 800.000 tutsis y hutus moderados durante un periodo de cien días en 1994. Además era el presidente del comité de gestión de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas (RTLM), considerada "la voz del genocidio".
Alrededor de 800.000 ruandeses, la inmensa mayoría de ellos tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por extremistas hutu durante cerca de tres meses en 1994. A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que han cumplido sus penas han aportado información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas.
Las raíces del conflicto entre hutus y tutsis se remontan varias generaciones pero el genocidio se desató tras la muerte del presidente Juvenal Habyarimana, víctima del derribo de su avión presidencial --en el que también viajaba el presidente de Burundi, Cyprien Ntaryamira-- con un misil el 6 de abril de 1994.
Tras la muerte del mandatario, la milicia Interahamwe lanzó una campaña de ejecuciones que se prolongó durante 100 días, en muchas ocasiones despedazando a sus víctimas en sus casas, en iglesias, estadios de fútbol o en barricadas.