El presidente no abandonó el país voluntariamente, sino que fue destituido
PARIS, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
La mujer del derrocado presidente tunecido Zine al Abidine Ben Alí, Leila Trabelsi, sacó del Banco Central de Túnez 1,5 toneladas de oro antes de abandonar el país junto con su marido con destino a Arabia Saudí en medio de la ola de protestas por la falta de empleo y las condiciones de vida en el país magrebí.
Eso es al menos lo que sospecha el Elíseo, en base a la información con que cuentan los servicios secretos franceses sobre el último día de Ben Alí al frente del país, según informa el diario galo 'Le Monde'.
Al parecer, Trabelsi acudió al Banco Central en busca de lingotes de oro, pero el gobernador del banco se negó a dárselos. La mujer llamó entonces al presidente, quien inicialmente se opuso a la petición de su esposa, pero luego cedió. "Parece que la mujer de Ben Alí se marchó con el oro", ha explicado un responsable francés, precisando que serían "unas 1,5 toneladas de oro, es decir, unos 45 millones de euros".
Según ha señalado un consejero del Elíseo a 'Le Monde', "la información proviene esencialmente de fuentes tunecinas, en particular del Banco Central, y tiene el aire de estar relativamente confirmado".
Sin embargo, desde el Banco Central niegan esta información. "No he recibido ninguna orden verbal ni escrita de sacar oro monetario. Nuestro stock de oro no se ha movido", ha explicado al diario galo el director general de la caja general, los mostradores y los sistemas de pago de la entidad, Maaledj Habib.
FUE DESTITUIDO
De acuerdo con la información recabada hasta ahora por Francia, Ben Alí no creía que iba a ser derrocado y de hecho había grabado un nuevo mensaje que no tuvo el tiempo de llegar a difundir. Además, no abandonó el país de forma voluntaria, sino que habría sido destituido.
Según parece, el Ejército y el jefe del Estado Mayor se negaron a disparar contra los manifestantes, lo que fue determinante para la destitución del presidente. "El jefe del Estado Mayor le dijo que renunciara, eso parece confirmado", explica el consejero del Elíseo.
Sin embargo, no está claro cómo consiguió Ben Alí abandonar el país, aunque París sospecha que el dirigente libio, Muamar Gadafi, podría haber facilitado su salida a través de los servicios de inteligencia libios.
Aunque sigue sin estar claro cómo abandonó el país --se sospecha que podría haber salido en helicóptero con destino a Malta, donde habría subido a su avión--, lo que sí ha indicado otro consejero del Elíseo es que la presidencia francesa le dejó claro que no se permitiría "aterrizar a ningún avión procedente de Túnez sin una lista de pasajeros".
Por otra parte, el diario publica hoy una entrevista a un ex consejero de Ben Alí en el palacio presidencial de Cartago, al que identifica con el nombre supuesto de Zyed, en la que éste explica que el clan de la primera dama orquestó en octubre un escenario "diabólico" que consistía en "dejar que el presidente permaneciera en el cargo hasta enero de 2013, luego se anunciaría su dimisión por motivos médicos, seguida de una convocatoria de elecciones".
Entonces, se instrumentalizaría a los partidos "amigos" para que crearan una polémica presentando candidatos falsos, habría manifestaciones organizadas en el país por la Reagrupación Constitucional Democrática (RCD, partido de Ben Alí) que concluirían con un "manifiesto de un millón de personas en Túnez para reclamar la candidatura de Leila".
Sin embargo, la inmolación el 17 de diciembre de un joven tunecino cambió todo. "Ben Alí era del todo indiferente, dijo algo así como: 'que reviente'". A partir de ese momento, según el ex consejero, "Abdelwahab Abdallah --consejero del presidente y próximoa su esposa-- se convirtió en el verdadero regente, y Abdelaziz Ben Dhia --otro consejero-- el filtro por el que pasaba todo". Además, también formaría parte del dispositivo el jefe de la Guardia Presidencial, Ali Sériati.
Ante el aumento de la tensión y las manifestaciones, Abdallah llegó a la conclusión el 29 de diciembre de que había que hacer ver, sobre todo a "nuestros amigos franceses" y también a los estadounidenses, que todo estaba siendo "manipulado por un grupo vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)", explica el ex consejero. Sin embargo, Ben Alí advirtió en esa reunión que "una presencia de AQMI en Túnez sería la muerte del turismo; es un suicidio".
Sin embargo, la situación empeoró, por lo que Ben Alí se refugió en su residencia de Hammamet, en la costa mediterránea, antes de abandonar el país. "Sériati advirtió de que los militares, esos 'hijos bastardos', fraternizaban con la población y añadió: 'puede que nos marchemos, pero incendiaremos Túnez: tengo unos 800 hombres dispuestos a sacrificarse". "En dos semanas, los mismos que se manifiestan nos van a suplicar que retomemos el control de las cosas", habría señalado el jefe de la Guardia Presidencial, siempre según el ex consejero.