MADRID 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
El líder del Movimiento Marada, Suleiman Franjieh, ha resaltado este lunes que no retirará su candidatura a la Presidencia de Líbano, si bien ha reconocido que el líder del Movimiento Libre Patriótico (FPM), Michel Aoun, cuenta con más posibilidades de ganar.
"No me retiraré de la carrera presidencial, y participaré en la sesión electoral, aceptando el resultado, sea el que sea", ha dicho, en una entrevista a la cadena de televisión local LBCI.
Así, Franjieh ha concedido que Aoun "es el candidato cristiano más fuerte, pero no es el único", al tiempo que ha defendido la postura del partido-milicia chií Hezbolá --aliado del Movimiento Marada-- durante el proceso.
"Todo el mundo apostaba a que Hezbolá no quería un presidente, pero se ha demostrado que estaban equivocados", ha manifestado, según ha informado el diario local 'An Nahar'.
"No tenemos problemas con la elección de Aoun como presidente, ya que tiene todo el derecho a estar en la carrera", ha agregado, si bien ha aprovechado para criticar tanto al líder del FPM como al líder de Falanges Libanesas, Samir Geagea.
Geagea, rival político de Aoun, decidió respaldarle después de que el ex primer ministro y líder de Al Mustaqbal, Saad Hariri, le retirara su apoyo en diciembre para respaldar a Franjieh en la carrera por la Presidencia.
Sin embargo, Hariri anunció la semana pasada que respaldará la candidatura de Aoun, lo que ha supuesto un espaldarazo que podría ser clave para hacerse con la victoria en la votación que se celebrará el jueves en el Parlamento.
"¿Desde cuándo los nombres de Geagea y Aoun han estado asociados con un estado de estabilidad y prosperidad?", se ha preguntado, cargando contra Geagea, al que ha tildado de "criminal".
El líder del Movimiento Marada acusa a Geagea del asesinato en 1978 de su padre, su hermana y cerca de otras 40 personas en un ataque contra la mansión familiar en la ciudad de Ehden durante la Guerra Civil Libanesa.
EL VACÍO PRESIDENCIAL
El sistema político libanés contempla que la Presidencia del país debe ser ocupada por un cristiano, mientras que el primer ministro debe ser suní y el presidente del Parlamento, chií.
La falta de acuerdo sobre el sucesor de Michel Suleiman --quien abandonó el cargo en mayo de 2014-- ha llevado al país a sufrir el vacío presidencial más largo en su historia, si bien la situación no ha derivado en un conflicto armado, tal y como ocurrió en 1988 y en 2008.
En las dos ocasiones anteriores, las diferencias a la hora de seleccionar al presidente se saldaron con acuerdos regionales, una opción que parece distante en estos momentos debido a la inestabilidad que sufre Oriente Próximo.