El M23 denuncia que el Gobierno de RDC "no quiere la paz y busca por todos los medios una victoria militar"
MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
La fuerza regional de la Comunidad Africana Oriental (EAC, según sus siglas en inglés) ha afirmado que el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) podría retirarse durante los próximos días de varias localidades en la provincia de Kivu Norte, en el este de República Democrática del Congo (RDC), en medio de las conversaciones para intentar solucionar el conflicto.
El portavoz de la Fuerza Regional de África Oriental (EACRF), Wanyoni Nyakundi, ha afirmado que durante el último encuentro se ha abordado "una retirada progresiva y coordinada de combatientes del M23 de las zonas ocupadas, en línea con las resoluciones de la minicumbre de Luanda".
En la citada cumbre participaron los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, y se pactó un alto el fuego y un proceso para el repliegue de los rebeldes. Kinshasa acusa a Kigali de apoyar al grupo, algo negado por Kigali.
Nyakundi ha señalado que entre las localidades de las que podría retirarse el M23 figuran Rumangabo, de donde se replegarían el 5 de enero, y Kishishe, escenario de una masacre en noviembre de más de un centenar de civiles achacada a los rebeldes, que han negado toda responsabilidad en lo sucedido.
Asimismo, ha recalcado que las zonas abandonadas por los rebeldes en Kibumba no serán reocupadas por las fuerzas regionales, según ha informado la emisora Radio France Internationale. "Estamos allí para asegurarnos de que el movimiento ha abandonado sus posiciones. Esta retirada deberá llevarse a cabo de forma ordenada y sin poner en peligro la vida de los civiles", ha explicado.
Sin embargo, el Ejército congoleño se ha mostrado escéptico sobre estos anuncios. Así, sostuvo tras el anuncio sobre la retirada del M23 de Kibumba que se trataba de "un engaño y un acto de publicidad para distraer a los congoleños y a la comunidad internacional".
Por su parte, el M23 ha resaltado en un comunicado publicado con motivo de Año Nuevo que Tshisekedi "ha fracasado a la hora de materializar su promesa de la campaña de 2018 de establecer el Estado de Derecho, erradicar la corrupción y poner fin a la inseguridad en el este del país".
El grupo, que ha expresado su "apoyo" a los esfuerzos regionales para poner fin al conflicto, ha lamentado sin embargo que se le haya excluido de las reuniones en Luanda y Nairobi --donde el Gobierno congoleño negocia con varios grupos rebeldes para que depongan las armas-- y ha denunciado nuevos ataques por parte del Ejército y otras milicias.
Asimismo, ha lamentado "el continuado acoso, estigmatización y asesinato de tutsis congoleños y de los percibidos como 'ruandeses'", al tiempo que ha insistido en que "el M23 es un grupo congoleño que agrupa a congoleños, no como el Gobierno, que ha apostado por el tribalismo y el nepotismo".
"El M23 condena en los términos más firmes el comportamiento irresponsable del Gobierno de RDC, que ha permitido que conocidos responsables del genocidio (en Ruanda) se integren en el Ejército y han permitido que las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) actúen libremente con licencia para matar a compatriotas".
En esta línea, ha subrayado que "la incorporación de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --un grupo armado rebelde fundado e integrado principalmente por hutus responsables del genocidio de 1994 en Ruanda-- en las instituciones y aparatos de seguridad del país ha aumentado y difundido la ideología genocida, el discurso del odio, la xenofobia y el apartheid".
Por ello, ha dicho en su comunicado, publicado a través de su cuenta en la red social Twitter, que "el Gobierno congoleño no quiere la paz y busca por todos los medios una victoria militar", por lo que ha pedido a la población "abordar asuntos de mala gobernanza, corrupción, exclusión y discurso de odio contra los tutsis congoleños".
El M23 ha sido acusado desde noviembre de 2021 de llevar a cabo ataques contra posiciones del Ejército en Kivu Norte, a pesar de las autoridades congoleñas y el M23 firmaron en diciembre de 2013 un acuerdo de paz tras los combates registrados desde 2012 con el Ejército, que contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
La situación ha provocado un repunte de las tensiones entre RDC y Ruanda, dado que Kinshasa acusa a Kigali de apoyar a los rebeldes. Expertos de Naciones Unidas afirmaron en un reciente informe que las autoridades ruandesas mantienen una "intervención directa" en el país africano a través de su apoyo al grupo.