Las "fuerzas especiales" de los talibán están dificultado la operación afgana para recuperar Helmand

Ataque talibán en Helmand
ABDUL MALIK/REUTERS
Actualizado: domingo, 14 agosto 2016 21:45

La Unidad Roja consta de 300 hombres, disciplinados y armados con fusiles de asalto estadounidenses

CHAH E ANJIR, 14 Ago. (Reuters/EP) -

Las fuerzas afganas y sus apoyos estadounidenses se están enfrentando en Helmand a la élite de la insurgencia talibán, milicianos uniformados, armados con la última tecnología disponible, y con una férrea disciplina que está prácticamente imposibilitando el avance de las tropas, según han reconocido fuentes de seguridad afganas.

Helmand es el epicentro de la producción de droga en Afganistán. Su capital es Lashkar Gah, hogar de 200.000 personas y objeto de deseo de los talibán, empeñados en hacerse con el control de una ciudad en lo que sería considerado como un enorme triunfo psicológico para los insurgentes.

Para ello, los talibán han echado mano de sus "fuerzas especiales". "Muy bien armadas, con uniforme, armas modernas y gafas de visión nocturna", empleadas estas últimas por francotiradores que tienen a raya a los soldados afganos, según el comandante de las unidades especializadas del Ejército de Afganistán, Sayed Murad.

Los talibán han lanzado una última ofensiva contra Lashkar Gah aprovechando que se encuentran bajo el control -- o bien en franca ventaja -- en la mayor parte de las zonas en disputa. Solo los bombardeos han impedido un avance más rápido sobre la ciudad.

"Claro que les interesa esa ciudad. Helmand es una provincia estratégica y están absolutalmente dispuestos a empujar para conseguirlo", según el viceministro del Interior, el general Abdul Rahman Rahman.

"LA UNIDAD ROJA"

La llamada Unidad Roja (o Grupo Rojo -- Sara Khitta -- de los talibán consta de 300 hombres está armada con ametralladoras, cohetes de 82 mm y fusiles de asalto de fabricación estadounidense, según fuentes militares afganas.

Las fuerzas de EEUU "no tiene constancia" de que dispongan una tecnología tan avanzada, y cree que se trata de "falsa información para intimidar a los afganos", según fuentes militares estadounidenses.

Sin embargo, de puertas adentro, las autoridades afganas temen que este armamento procede de Pakistán, concretamente de sus servicios de Inteligencia, permanentes sospechosos a la hora de suministrar armas a los insurgentes para desestabilizar al país vecino.

"Mire, aquí no estamos luchando contra el talibán estándar, con un par de sandalias y un AK-47", ha explicado un fuente oficial afgana bajo condición de anonimato. "Están muy bien preparados y muy bien equipados", añadió.

Mientras tanto, los residentes de la capital de Helmand tienen miedo de desplazarse, atrapados como están en plena ofensiva. Es tal el desgaste que muchos están perdiendo la fe en el futuro. "O el gobierno se deshace de ellos, o que vengan y nos gobiernen. Llevamos tantos años ardiendo en este fuego que no sabemos qué puede ser peor que esto", ha declarado un empresario afgano de la ciudad, bajo el anonimato.