LASHKAR GAH (AFGANISTÁN), 17 (Reuters/EP)
Las fuerzas de seguridad afganas han logrado frenar la ofensiva de los talibán en las afueras de la capital de la provincia de Helmand, en el sur del país, aunque la urbe continúa rodeada por las fuerzas insurgentes en el marco de una de sus mayores ofensivas en esta región.
Tradicional bastión de los talibán y centro de cultivo ilícito del opio, Helmand ha sido una de las zonas que más ha sufrido la violencia de los grupos insurgentes y talibán desde el final del régimen integrista liderado por el movimiento fundado por el mulá Mohamed Omar.
En las últimas semanas, los combatientes talibán han estado combatiendo en las afueras de Lashkar Gah, la capital de Helmand, en una ofensiva que solo se ha visto frenada cuando las fuerzas afganas han desplegado desde el aire cientos de comandos.
Ahora, las autoridades de ambos bandos dicen que el elevado número de bajas ha obligado a los talibán a reagrupar sus fuerzas. "Nuestras fuerzas, apoyadas por extranjeros, han matado a cientos de combatientes talibán en redadas nocturnas en las últimas 24 horas", ha explicado el jefe del Cuerpo 215 del Ejército afgano en Helmand, el general Wali Mohammad Ahmadzai.
Los militares y policías afganos, en algunos casos ayudados por asesores de fuerzas especiales y ataques aéreos lanzados por la aviación estadounidense, están ahora combatiendo para tratar de expulsar a los insurgentes de los límites de la ciudad, según ha contado Mohamad Hakim Hangaar, un alto mando policial.
Por su parte, un comandante talibán que ha pedido no ser identificado ha dicho que sus combatientes no tienen nuevos planes para intentar tomar la capital de Helmand pero sí apuestan por mantener el asedio "el mayor tiempo posible".
Los líderes talibán han desplegado cientos de combatientes procedentes de provincias vecinas en la ofensiva para intentar hacerse con Lashkar Gah pero muchos de ellos han muerto o han resultado heridos en los intensos combates mantenidos en las últimas semanas, según ha dicho otro comandante talibán. Por su parte, las fuerzas afganas también han sufrido un elevado número de bajas, por lo que no han podido poner fin al asedio talibán.
La semana pasada, hasta 100 militares y policías murieron en una serie de emboscados llevadas a cabo por los talibán cuando intentaban escapar de la capital de Helmand desde posiciones rodeadas por los insurgentes.
La coalición militar liderada por la OTAN tiene a cientos de militares desplegados en Helmand. Los militares, en su mayoría estadounidenses, están centrados principalmente en un papel de asesor aunque se mantienen los ataques aéreos estadounidenses para apoyar las operaciones de las fuerzas afganas.
El jefe de la fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, el general John Nicholson, ha prometido hacer todo lo posible para impedir que Lashkar Gah acabe en manos de los talibán. Sin embargo, algunos notables afganos han puesto en duda que los esfuerzos estén siendo suficientes, toda vez que miles de residentes han tenido que huir por los últimos combates y los talibán controlan o amenazan la mayor parte de la provincia.