MOSUL, 12 Jul. (Reuters/EP) -
Las fuerzas del Gobierno de Irak y sus aliados han continuado este miércoles la lucha contra el Estado Islámico en Mosul porque, a pesar de que el primer ministro, Haider al Abadi, proclamó el pasado fin de semana que ha sido liberada, algunos combatientes de la organización terrorista resisten en la Ciudad Vieja.
Las tropas iraquíes y los milicianos de negro se enfrentaron a última hora del martes y lo han vuelto a hacer el miércoles por la mañana, según han contado a la agencia de noticias Reuters dos residentes que viven cerca del río Tigris.
Helicópteros militares han atacado las posiciones de los yihadistas en la Ciudad Vieja, de donde emergen grandes columnas de humo, de acuerdo con los vecinos de Mosul. "Todavía vivimos en una atmósfera de guerra", ha lamentado Fahd Ghanim, de 45 años.
El Gobierno ha atribuido estos choques a "operaciones de limpieza". "Hay terroristas del Estado Islámico escondidos en diferentes lugares. Se van de aquí y aparecen allí cuando les atacamos", ha explicado un oficial iraquí a la agencia de noticias británica.
La coalición internacional que lidera Estados Unidos ya advirtió el martes de que todavía podía haber resistencia de algunos "focos" terroristas. "Aún no hemos limpiado todos los edificios, pero vamos a hacerlo", dijo el teniente general estadounidense Stephen Townsend.
Salvo los que siguen atrincherados en Mosul, los miembros del Estado Islámico han huido a localidades situadas al sur de la ciudad, donde se han hecho fuertes gracias a tácticas guerrilleras con las que pretenden mantener su ahora exiguo dominio sobre la región norte de Irak.
La ofensiva sobre Mosul, que se puso en marcha el pasado 17 de octubre con tropas iraquíes, milicias chiíes y la coalición internacional que lidera Estados Unidos, concluyó el domingo con un saldo de miles de muertos y desplazados y sospechas sobre la comisión de crímenes de guerra por ambas partes.
Entretanto, en Raqqa, la 'capital' siria del Estado Islámico, avanza la ofensiva para liberar la ciudad de los milicianos de negro. La caída de esta localidad supondría el fin del califato que Abú Bakr al Baghdadi declaró en 2014 para Irak y Siria con el objetivo de extender sus dominios a toda la región.