MOSUL (IRAK), 10 (Reuters/EP)
Aproximadamente 1.400 familiares de presuntos miembros del Estado Islámico, 541 esposas y sus hijos, permanecen recluidos en un campamento al sur de Mosul. Estos civiles de muy diversas nacionalidades viven en condiciones muy precarias y en algunos casos las mujeres fueron engañadas para llevarlas hasta el territorio del califato.
Aunque no todas se han podido verificar, algunas de las personas recluidas son de nacionalidad rusa, turca o de Asia central y también de países europeos. Constituye el grupo más grande de extranjeros vinculados al Estado Islámico detenidos por las fuerzas iraquíes desde 2016, cuando comenzó la ofensiva para expulsar al Estado Islámico de Mosul y otras áreas en el norte del país.
La mayoría fueron capturados poco después de la toma de Mosul en la región de Tal Afar por las milicias kurdas, que se quedaron con los hombres y entregaron a las mujeres y niños a las fuerzas del Gobierno central iraquí.
"Quiero regresar a Francia pero no sé cómo", ha declarado a Reuters una de las mujeres recluidas. Afirma que no sabe qué ha sido de su marido, quien la llevó a Irak cuando se unió al Estado Islámico.
La postura del Gobierno iraquí es que las familias permanecen allí recluidas para evitar que el resto de la sociedad emprenda represalias contra ellos, ya que Estado Islámico imponía un duro régimen en base a una interpretación extremista de la ley islámica. "Las familias se mantienen allí por su propia seguridad", ha afirmado un oficial de la inteligencia militar iraquí.
ENGAÑADAS POR SUS MARIDOS
"Mi madre ni siquiera sabe dónde estoy", ha aseverado otra mujer, francesa de 27 años, que fue engañada por su marido para acompañarle hasta allí cuando se unió a la milicia yihadista. "Me dijo que íbamos a pasar una semana de vacaciones en Turquía. Acababa de dar a luz a esta niña tres meses antes", ha dicho, señalando a su hija.
Después de cuatro meses en Mosul, intentó huir a Francia, pero su marido la encontró en Tal Afar y se lo impidió. Poco después, su otro hijo, de cinco años, murió por el impacto de una bomba. Su marido también murió, durante los combates en Mosul.
El Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), que apoya a las personas recluidas en el campo, ha indicado que Irak "debe avanzar rápidamente y aclarar sus planes futuros para estas personas. Como todos los que huyen del conflicto, es imperativo que estas personas tengan acceso a protección, asistencia e información". "Están en detención de facto", ha denunciado.
Los países occidentales, sin embargo, muestran su preocupación por la posible llegada de radicales a sus países después de la caída del califato. Una fuente diplomática francesa ha declarado que "los adultos deberían ir a juicio en Irak", pero los niños podrían "beneficiarse de los servicios sociales y judiciales de Francia".
Mosul, la capital 'de facto' del califato del Estado Islámico, fue recuperada el pasado mes de julio por las fuerzas del Gobierno apoyadas por milicias locales y la coalición internacional. Naciones Unidas calcula que la guerra contra el Estado Islámico finalizará en octubre.