ERBIL (IRAK), 1 (Reuters/EP)
Las fuerzas kurdas se han concentrado este domingo en el noreste de Irak en el paso previo a la ofensiva para tratar de arrebatar el control de Sinyar al Estado Islámico, un movimiento retrasado por que las diferencias políticas entre las distintas facciones kurdas.
"Hemos estado listos para atacar la ciudad desde hace un año, pero los conflictos políticos lo han impedido" ha declarado el comandante de la rama militar del Partido de los Trabajadores del Kurdistán(PKK, por sus siglas en inglés).
"El Partido Democrático de Kurdistán (KDP) está trabajando con los estadounidenses y ellos no nos lo han permitido", añadió. Se trata de una zona que tanto el Gobierno federal iraquí como la autoridad regional kurda reclaman como propia.
El desafío, según han declarado las fuerzas kurdas, será defender la urbe tras su captura, pues al hacerlo se abrirán nuevos frentes con los milicianos del grupo terrorista. Esta maniobra está siendo personalmente supervisada por el líder del KDP, Masud Barzani, presidente de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí.
En una aparente muestra de apoyo a la ofensiva, la coalición liderada por Estados Unidos ha llevado a cabo 57 bombardeos sobre Sinyar durante las últimas dos semanas.
Una ayuda que se ha mantenido desde que el presidente estadounidense diera luz verde a los bombardeos en el país tras la toma de la ciudad en 2014, citando el deber de evitar el genocidio de la población yazidí a manos de los extremistas, quienes los consideran adoradores del diablo.
Muchos de ellos perdieron en ese entonces la confianza en el KDP, cuando este fracasó a la hora de protegerlos del ataque del Estado Islámico sobre la ciudad. Un hecho que resultó en el asesinato, esclavitud y violación de miles de ellos.
Sin embargo sí recibieron ayuda por parte de un asociado sirio del PKK, que ayudó a evacuar a miles de yazidíes atrapados en la montañas de Sinyar además de establecer una base permanente en la zona.
Así pues, la mayoría de la población yazidí se encuentra diseminada a través de los múltiples campamentos a lo largo de la región de Kurdistán aunque miles de ellos todavía siguen presos del Estado Islámico.