MOSUL, 22 Mar. (Reuters/EP) -
Varios convoyes de ayuda humanitaria vinculados a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), también conocidas como milicia Al Hashd al Shaabi, han distribuido ayuda entre los civiles que se encuentran en las áreas de la localidad de Mosul que han sido liberadas recientemente por las fuerzas iraquíes.
La coalición de milicias chiíes ha entregado alimentos, agua y sábanas a los residentes de la ciudad, que se encuentran malnutridos debido a las extremas condiciones impuestas por el grupo terrorista Estado Islámico cuando controlaban la zona.
Sin embargo, varios líderes locales han advertido de que la presencia de los milicianos chiíes podría constituir una señal del intento por parte de estos grupos de ejercer una mayor influencia sobre la ciudad, de mayoría suní, donde la ayuda humanitaria podría incrementar la tensión sectaria.
Las FMP han asegurado que la distribución de ayuda cumple con fines únicamente caritativos y que las armas que portan los grupos que acompañan a los convoyes humanitarios son para proteger a aquellos que ofrecen asistencia.
Varios hombres armados se bajaron de los vehículos en los que se desplazaban el domingo en la ciudad chií de Kerbala al llegar a un puesto de control. La Policía preparó la torreta de un coche armado por si la situación se volvía violenta.
Sheij Alí, el líder tribal de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, ha señalado que los movimientos de los grupos chiíes constituyen una forma de expandir su presencia en zonas mayoritariamente suníes del noroeste de Irak.
"Los hermanos chiíes han explotado las condiciones de la guerra para allanar su propio camino en un intento por infiltrarse paulatinamente", ha indicado Alí. "Quieren imponer su hegemonía en Mosul", ha añadido.
El miembro del consejo de Nínive Abdul Rahman al Wagga ha afirmado que con la salida de Estado Islámico de la zona aumenta la preocupación de que las diferentes facciones y grupos armados intenten hacerse con el control de la región.
"Esta ayuda ha sido distribuida por facciones y partidos vinculados a grupos armados. Cuando acuden a una ciudad surge el miedo a que la rama armada de esos grupos sea utilizada con fines políticos", ha aseverado Rahman.
El miliciano de las FMP Kareem al Nuri ha negado la existencia de motivos políticos tras la distribución de ayuda. "Este tipo de temores no tienen lugar. El trabajo humanitario no implica un cambio demográfico", ha manifestado tras asegurar que ofrecer asistencia era una de las obligaciones de la coalición de milicias chiíes.
PRESENCIA DEL SECTARISMO
Los civiles han expresado reacciones contradictorias. "Están ofreciendo unas grandes cantidades de ayuda, lo que incluye alimentos. Son mejores que los que recibimos de otras organizaciones", ha señalado Ibrahim, de 39 años. "El sectarismo ha muerto con Estado Islámico", ha añadido.
"No estamos en contra de la ayuda, pero estamos en contra de aquellos que quieren imponer su forma de ver las cosas", ha aseverado Mahmud. "La forma en que están entrando, con banderas y armas, es una muestra clara de que hay algo detrás", ha indicado.
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ha insistido en la necesidad de impedir que se repitan las condiciones que provocaron que el grupo terrorista surgiera, lo que incluye evitar la corrupción en el seno de las fuerzas de seguridad y la marginación de las minorías suníes.
Para reducir la tensión sectaria, Al Abadi ha indicado que la Policía y el Ejército serán las únicas fuerzas que podrán entrar en Mosul durante la batalla contra los yihadistas. El papel de las FMP ha sido crucial en la ofensiva para recuperar Mosul, que fue puesta en marcha en octubre de 2016.