MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas de seguridad de la Franja de Gaza, controlada por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han realizado este domingo una redada en el Departamento para Asuntos de Refugiados de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en el enclave palestino.
Un portavoz del departamento ha indicado que la redada ha sido realizada sin aviso previo, sin que por el momento se conozcan los motivos de la misma, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan.
El portavoz del Ministerio del Interior gazací, Iyad al Buzm, ha negado que el organismo haya sido cerrado o que su director, Zakariya al Agha, haya sido detenido, si bien nada de eso había sido denunciado por la OLP.
La operación ha tenido lugar en medio de las tensiones por la decisión de la Autoridad Palestina de recortar los salarios de sus funcionarios en Gaza. Los salarios de los trabajadores de la Autoridad Palestina en Cisjordania no se han visto afectados.
La Autoridad Palestina ha acusado de la situación a Hamás, que por su parte ha condenado los recortes salariales, hablando de "racismo" de la organización hacia los gazacíes.
Aunque el movimiento Hamás controla la Franja de Gaza desde hace diez años, todavía viven en el enclave unos 70.000 funcionarios que han decidido ignorar los llamamientos del Gobierno palestino para que boicoteen a las autoridades islamistas. A ello hay que añadir otros 50.000 funcionarios que trabajan para Hamás y cuyos sueldos la Autoridad Palestina se niega a pagar.
El sábado, miles de funcionarios palestinos salieron a las calles de Gaza para protestar el recorte salarial, reclamando la dimisión del primer ministro palestino, Rami Hamdalá, y del ministro de Finanzas, Shukri Bishara.
Los manifestantes adujeron que las consecuencias de su persistencia suelen traducirse en súbitos recortes salariales o, en el peor de los casos, meses sin cobrar.
El Gobierno de la Autoridad Palestina argumenta, por contra, que la bajada de salarios se debe a tres factores principales: una crisis económica exacerbada por el bloqueo que mantiene Israel sobre la Franja, y el tiránico control de Hamás sobre el enclave, por el que el movimiento islamista no redistribuye los impuestos entre la población ni cede una parte correspondiente a la Autoridad Palestina.
Las protestas llevan repitiéndose desde principios de mes en la plaza de Al Saraya y amenazan con desbordar la larga tensión burocrática que se respira desde hace diez años en el enclave, que prácticamente subiste a través del mercado negro y donde la tasa de paro es una de las más elevadas del mundo.