MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
Las autoridades instauradas por los talibán en Afganistán han colgado este sábado en varias plazas de la ciudad de Herat (noroeste) los cuerpos de cuatro personas muertas durante una operación contra un grupo de secuestradores que habían raptado a un empresario y a su hijo.
Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión afgana Tolo TV, los cuatro murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y sus cuerpos han sido colgados en varios puntos de la ciudad como advertencia a criminales que planeen llevar a cabo actos similares.
El vicegobernador provincial de los talibán, el maulavi Shir Ahmad Amar, ha indicado en declaraciones a la agencia alemana de noticias DPA que "sus cuerpos fueron colgados en plazas de la ciudad como ejemplo a otros secuestradores". "Han sido colgados para que nadie se atreva a cometer un crimen así", ha explicado.
Vídeos que circulan en redes sociales muestran el cuerpo ensangrentado de un hombre siendo encadenado y colgado de una grúa en la principal plaza de Herat, mientras decenas de personas grababan la escena con sus teléfonos móviles.
El empresario rescatado y su hijo no han querido hacer declaraciones, si bien familiares de ambos han detallado que fueron raptados en el Distrito Policial 12 de la ciudad, frente a una tienda de combustible que regenta el padre.
Horas antes, las autoridades talibán habían confirmado la muerte de los cuatro secuestradores durante una operación de rescate en el Distrito Policial 14. El responsable de las fuerzas de seguridad de este distrito, el maulvi Yalali, confirmó el resultado de la operación, según ha recogido la cadena de televisión afgana Ariana.
Los integristas han prometido luchar contra las bandas de secuestradores en la ciudad, en medio de un aumento de los raptos en la ciudad. La semana pasada, las fuerzas de seguridad talibán rescataron a un niño que había sido secuestrado en esta localidad.
Durante el régimen de los talibán entre 1996 y 2001, el grupo extremista aplicó castigos como latigazos, lapidaciones y amputaciones para castigar a criminales y personas que violaban sus normas, impuestas a partir de una interpretación radical de la 'sharia'.
Los talibán han puesto en marcha los servicios del Estado, incluida la seguridad, tras el fin de 20 años de guerra concluida con la toma de Kabul por los islamistas el pasado 15 de agosto después de que el entonces presidente, Ashraf Ghani, huyera del país ante el avance de los insurgentes.