MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, no ha pedido asilo político a Francia, a pesar del tenor de la carta que ha difundido este viernes el diario 'Le Monde', según ha querido aclarar "de forma contundente" el ex juez español Baltasar Garzón, director de su defensa legal.
Assange ha esgrimido que es "un periodista amenazado de muerte por las autoridades estadounidenses" frente a lo cual "solo Francia se encuentra hoy en día en medida de ofrecerle la protección necesaria", de modo que "si lo desea puede actuar".
El presidente francés, François Hollande, ha respondido rápidamente en un comunicado explicando que, tras "una examen en profundidad" en el que se han tenido en cuenta "los elementos jurídicos y la situación material de Assange", se ha decidido que "Francia no puede dar curso a su demanda".
Garzón, por su parte, ha explicado que "esta comunicación se limitó a una respuesta a las declaraciones de Christiane Taubira, ministra de Justicia, y a una carta abierta de la sociedad civil francesa para que sea protegido por Francia".
"Mi representado ha expresado que, si las autoridades competentes francesas decidieran otorgarle protección, este recibiría la misma de forma positiva", ha admitido, al tiempo que ha llamado a no interpretar de otra forma las palabras de Assange.
Además, el que fuera juez de la Audiencia Nacional ha cuestionado "'el análisis exhaustivo que supuestamente hizo el Elíseo de la carta recibida, en un lapso tan reducido, así como las razones que llevaran a éste a pronunciarse con tal prisa".
CASO ASSANGE
El periodista lleva recluido en la Embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio de 2012, cuando solicitó asilo político al Gobierno de Rafael Correa. Aunque éste se lo concedió, Reino Unido se negó a darle un salvoconducto, insistiendo en que tiene la "obligación legal" de extraditarle a Suecia, donde está acusado de delitos sexuales.
Assange solicitó asilo político argumentando que se encuentra en un "estado de indefensión" ante la posibilidad de que, una vez en Suecia, sea extraditado a Estados Unidos, donde supuestamente se está celebrando un juicio secreto, sin que Australia lo impida.
El fundador de Wikileaks asegura que es víctima de una "persecución política" por parte de Estados Unidos por revelar cientos de miles de documentos clasificados del Departamento de Estado sobre las guerras en Irak y Afganistán y sobre las relaciones diplomáticas con otros países.