BEIRUT, 10 Dic. (Reuters/EP) -
Fuerzas de seguridad libanesas han tenido que emplear gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a numerosos manifestantes que se han concentrado este domingo cerca de la Embajada estadounidense en Beirut para protestar contra la declaración de Jerusalén como capital israelí formulada esta semana por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La manifestación ha congregado tanto a seguidores del Partido Socialnacionalista Sirio (SSNP), con sede en Líbano, como del Partido Comunista Libanés (PCN) cuyo secretario general, Hanna Gharib, ha declarado a Estados Unidos "enemigo del pueblo de Palestina" y exigido el cierre de la Embajada, como "símbolo de la agresión imperialista" norteamericana, en declaraciones recogidas por la cadena libanesa MTV.
"La decisión agresiva de Trump hacia la causa palestina no tiene más interés que el de subyugar a este pueblo y provocar más olas de desplazados", ha dicho Gharib. "Pedimos al Gobierno libanés y a los estados árabes que cesen todos sus programas de cooperación con Estados Unidos y expulse a sus embajadores, porque ese país es el presidente del terrorismo global y es el enemigo de Palestina y de todas las naciones que luchan por su libertad", ha añadido.
Los manifestantes han bloqueado durante horas la principal carretera hacia la Embajada, situada en el barrio de Awkar, en el norte de la capital, donde han quemado neumáticos y banderas israelíes y estadounidenses.
Tras varias escaramuzas, los ánimos se han relajado cuando el SSNP ha anunciado su intención de retirarse de la concentración para no escalar los acontecimientos. "No tenemos la más mínima intención de atacar ni al Ejército libanés ni a sus fuerzas de seguridad", según una fuente del partido a la misma cadena.
Hay que tener en cuenta que Líbazno es un país especialmente sensibilizado con los palestinos, incluso dentro del mundo musulmán. El país acoge actualmente a más de 450.000 refugiados palestinos, cuya historia está inextricablemente relacionada con la del país.
Todavía está por ver la respuesta de Hezbolá, el partido milicia chií, aliado de Irán, ahora de nuevo en primera línea tras sus éxitos contra Estado Islámico en Siria e Irak. De momento su líder, Hasán Nasralá, ha llamado a una protesta en el sur de la capital, su gran bastión, que se celebrará mañana lunes.