MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente georgiano, Georgi Margelashvili, ha firmado un decreto para quitarle la ciudadanía a su antecesor Mijail Saakashvili, según ha informado este el servicio de prensa georgiano, una medida que los seguidores de este último han calificado de ajuste de cuentas político.
"Margelashvili ha firmado un decreto de acuerdo a la ley de Ciudadanía georgiana para retirarle la nacionalidad a Mijail Saakashvili dado que ha recibido la de otro país", ha explicado el servicio, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Itar-Tass.
En mayo, el expresidente recibió la nacionalidad ucraniana y fue nombrado gobernador de Odessa. Está perseguido en Georgia por abuso de poder y uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes en 2007, pero la Fiscalía ucranaiana rechazó a principios de este año la petición de extradición.
Tiflis ha advertido a Kiev de que otorgar puestos oficiales a personas que se enfrentan a cargos en Georgia podría dañar las relaciones bilaterales. El decreto es "otro ejemplo del uso de instrumentos legales para la persecución política", ha explicado un diputado de la oposición, Nugzar Tsiklauri.
El expresidente abandonó el país en noviembre de 2013, varios días después de que terminara oficialmente su mandato y Margelashvili fuese investido el 17 de noviembre. Desde entonces, ha vivido en Estados Unidos y en Ucrania. Al comienzo de 2015, fue nombrado líder del Consejo de Reforma Internacional de Ucrania en Kiev.
REVOLUCIÓN DE LAS ROSAS
Saakashvili llegó al poder en 2003 en la sangrienta 'Revolución de las Rosas' y llevó al país a una postura prooccidental contraria a Moscú, que culminó con una guerra de cinco días en 2008, en la que Georgia fue derrotada por las fuerzas rusas.
La anexión de la península de Crimea en 2014 por parte de Rusia despertó el temor en Georgia. Algunas autoridades interpretaron el conflicto en el este de Ucrania, que estalló después, como una extensión de la guerra ruso-georgiana de 2008.
Decenas de antiguas autoridades estatales han sido acusadas en Georgia desde que la coalición liderada por el multimillonario Bidzina Ivanishvili ganó las elecciones parlamentarias en 2012. Los países occidentales han mostrado su preocupación por que el nuevo Gobierno haya usado la justicia de forma selectiva y la persecución política contra los oponentes.