Las condiciones distintas en el norte del país y unas Fuerzas Armadas más capaces han ayudado a frenar la infiltración terrorista
MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los grupos yihadistas que operan en el Sahel han ido expandiendo en los últimos años su amenaza hacia el sur, con la vista puesta en los países bañados por el golfo de Guinea. Benín y Togo ya han sido escenario de varios ataques en su zona septentrional pero por el momento Ghana ha conseguido eludir esta misma suerte, al menos por ahora.
Una de las razones por las que Ghana no ha sido escenario de ningún atentado yihadista, además de contar con unas fuerzas de seguridad más avanzadas que otros países de la zona, es que el tejido social en el norte del país no es similar al de sus vecinos sobre los que se cierne ahora la amenaza, lo que dificulta la penetración de los terroristas.
"Ghana es una zona de riesgo pero no tiene por ahora el mismo tipo de riesgo y de problemas que tienen sus vecinos Togo y Benín", resume Beatriz de León Cobo, investigadora especializada en África Occidental del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria.
Según explica a Europa Press, las comunidades que residen en el norte de Ghana no comparten la misma problemática y las mismas quejas que los habitantes del norte de Benín o Togo, donde la población es mayoritariamente de etnia peul/fulani y se dedica al pastoreo y se sienten más marginados socialmente por el Gobierno central.
También existe un factor geográfico a tener en cuenta. En el norte de Benín se encuentra el Parque Nacional W, una vasta extensión de territorio, que también penetra en Burkina Faso y Níger, en la que la "seguridad es más complicada al tratarse de una reserva natural". Aquí hay presencia de grupos yihadistas desde hace bastante tiempo y además en la zona de Níger fronteriza con Benín también está presente Estado Islámico Sahel.
Por lo que se refiere a Togo, del otro lado de la frontera con Burkina Faso también hay una importante presencia yihadista, en este caso del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, la filial de Al Qaeda en el Sahel), mientras que en la zona del sur de Burkina Faso limítrofe con Ghana "hay menos penetración de grupos yihadistas", puntualiza.
PRESENCIA LIMITADA DE YIHADISTAS
Con todo, De León reconoce que actualmente hay presencia de yihadistas en el norte de Ghana, que la usan como refugio seguro para descansar y comerciar, sin que "sea una zona en la que activamente estén reclutando ni cometiendo ataques". Esto "tiene mucho sentido", explica a Europa Press, porque grupos como JNIM no pueden tener "toda la región como zona de operaciones, ya que eso significa que estarían expuestos constantemente a los ataques de las fuerzas de seguridad".
Por eso, añade esta experta, "hay regiones donde no tienen todavía mucha penetración y que prefieren utilizar como regiones de descanso y eso es lo que ha pasado en el norte de Ghana". Así pues, "aunque haya una presencia, es relativamente limitada y pese a que siempre hay riesgos, las comunidades no son tan proclives como en otros lugares a radicalizarse".
Por ahora, la apuesta por la respuesta securitaria de Ghana, reforzando la frontera y con operaciones militares en el norte, ha conseguido mantener a raya a los yihadistas. Sin embargo, en Accra, las autoridades reconocen que puede ser cuestión de tiempo que registre su primer ataque.
"Sinceramente, no sé cómo no hemos sido atacados aún", reconocía un alto cargo ghanés a Will Brown, un experto del 'think-tank' European Council on Foreign Relations (ECFR), en un reciente informe sobre el papel que puede desempeñar la UE para estabilizar el Sahel.
Aunque Ghana cuenta con uno de los ejércitos más profesionales en la región, aún no está bien preparado y equipado para hacer frente al desafío yihadista y los miembros de las Fuerzas Armadas reconocen que carecen del material o los drones que les permitirían combatir a los grupos terroristas, según este informe.
ELECCIONES CON CRISIS ECONÓMICA DE FONDO
Esto se debe principalmente, a los problemas económicos que atraviesa el país, que se enfrenta a "su peor crisis económica desde su vuelta a la democracia", según resume el Africa Policy Research Institute (APRI). La inflación ha superado el 50% y el Gobierno se ha visto forzado a tener que solicitar un rescate de 3.000 millones de dólares al FMI.
Así las cosas, según el último Afrobarómetro, cuatro de cada diez ghaneses identifican el paro como el problema más importante que tiene que atajar el Gobierno y ocho de cada diez creen que el país va "en la mala dirección".
En este contexto, el país celebra elecciones este sábado para elegir al sucesor del presidente, Nana Akufo-Addo. Ghana ha sido hasta ahora un faro de estabilidad en una región convulsa y nada parece indicar que vaya a cambiar ahora.
La batalla estará entre el actual vicepresidente, Mahamudu Bawumia, candidato del gobernante Nuevo Partido Patriótico (NPP), y John Dramani Mahama, del Congreso Democrático Nacional (NDC), quien ejerció brevemente la Presidencia tras la muerte de John Atta Mils. Ambos, junto a otros candidatos, han suscrito un "pacto de paz" por el que se comprometen a seguir las vías constitucionales para resolver cualquier disputa electoral.
LA TAREA DEL NUEVO PRESIDENTE
Sea quien sea el elegido, De León considera que tendrá que seguir trabajando "de manera holística la cuestión de la radicalización, con programas de desarrollo en el norte, de integración y mediación comunitaria, de prevención contra el extremismo, acuerdos multilaterales con países vecinos, refuerzos en la frontera..."
"Lo que ha hecho hasta ahora pero más y con mayor coordinación multilateral", resume esta experta, que dar por descontado que Ghana podrá contar con la UE en este apoyo pero admite que está por ver lo que haga Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el próximo mes de enero.
Tal y como resalta The Soufan Center en un reciente análisis sobre el riesgo de propagación del yihadismo hacia el golfo de Guinea, los gobiernos de la región han optado por "enfoques excesivamente militarizados, que han pasado por alto en gran medida las vulnerabilidades domésticas" que los yihadistas están aprovechando para reclutar, "incluida la marginación étnica y la exclusión socioeconómica en las regiones rurales del norte" de estos países.
"Esta estrategia ha fracasado a la hora de abordar de forma adecuada el significado de las cuestiones sociopolíticas nacionales como factor exacerbante", considera esta organización especializada en cuestiones de seguridad, para la que estas presidenciales podrían "presentar una importante oportunidad para que Ghana recalibre su enfoque para mitigar una amenaza en aumento".