MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha condenado este miércoles la ejecución de más de diez personas secuestradas el martes por los talibán tras interceptar un autobús en la provincia de Kunduz (norte).
Ghani, que ha tildado lo ocurrido de "traición", ha dicho que el nuevo líder supremo de los talibán, el mulá Hebatulá Ajundzada, "ignora el Islam y sus principios, pese a presentarse como un erudito".
Asimismo, ha subrayado que el suceso ha tenido lugar con el apoyo de "terroristas extranjeros", recalcando que los responsables "no podrán escapar y serán juzgados por sus actos criminales", según ha informado la agencia afgana de noticias Jaama Press.
Los talibán secuestraron a un total de 185 personas tras interceptar el autobús, 154 de las cuales fueron liberadas poco después por las fuerzas de seguridad. Posteriormente, los insurgentes liberaron a otras ocho, por lo que alrededor de una decena continúan en sus manos.
No hay datos sobre la identidad de las víctimas, pero una campaña de secuestros contra la etnia hazara, chií, en el último año ha sido fuente de tensiones étnicas en el país, haciendo temer un brote de violencia sectaria.
Desde la persecución de los hazaras y otras minorías mientras estuvieron en el poder en los años noventa, los talibán han evitado en buena medida realizar ataques contra los chiíes.
Pero el aumento en el número de milicianos que juran lealtad a Estado Islámico, un grupo yihadista suní que defiende atacar a los chiíes y rivaliza con los talibán, ha coincidido con un cierto número de ataques contra hazaras.