MADRID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha recalcado que, tras la firma del acuerdo de paz con Hezb-e-Islami, tanto el Gobierno como el grupo deben trabajar para mejorar la situación en el país y reducir la dependencia de Kabul del extranjero.
"Ahora es nuestra responsabilidad conjunta trabajar por la paz y la estabilidad, poner fin a la dependencia de otros por parte de Afganistán y lograr un país independiente", ha dicho, tras la firma del acuerdo de paz.
Así, y tras destacar que la paz es una de las principales demandas del pueblo afgano, Ghani ha recalcado que el país "no quiere guerra", según ha informado la agencia afgana de noticias Pajhwok.
"La misión de nuestras fuerzas de seguridad es defender al pueblo de Afganistán de una guerra que nos ha sido impuesta", ha dicho, reclamando a los talibán que decidan si quieren unirse a un proceso de paz o seguir promoviendo la insurgencia.
En este sentido, ha manifestado que su Gobierno "ha demostrado con acciones su compromiso y capacidad para lograr la paz, un proceso que nunca ha sido fácil".
"Ambas partes mostraron su compromiso con la paz, y como resultado se alcanzó un acuerdo", ha indicado, pidiendo ayuda a líderes locales e internacionales para llevar a otros grupos armados a la mesa de negociaciones.
Por su parte, el líder de Hezb-e-Islami, el 'señor de la guerra' Gulbuddin Hekmatyar, ha hecho un llamamiento para "poner fin a la crisis actual en el país" y ha instado a los grupos insurgentes a unirse al proceso de paz.
Hekmatyar, líder de la insurgencia contra los soviéticos en los años ochenta, ha sido designado como "terrorista global" por Estados Unidos, que se encuentra al frente de una misión militar internacional en Afganistán desde hace 15 años.
Hezb-i-Islami ha desempeñado un rol relativamente pequeño en el conflicto actual, en el que la presencia de los talibán ha aumentado notablemente. De hecho, Hekmatyar pidió no boicotear los últimos comicios, en un cambio de postura respecto a las elecciones anteriores.
Tras los reiterados fracasos en la iniciación de conversaciones con los talibán, el acuerdo ofrece cierta esperanza de que el Gobierno afgano puede persuadir a otros grupos milicianos a que dejen el campo de batalla y se unan a un proceso político pacífico.
CRÍTICAS DE LOS TALIBÁN AL ACUERDO
Sin embargo, los talibán cargaron duramente el martes contra Hekmatyar por firmar la paz con las autoridades, acusándole de cometer "un gran crimen".
"No sólo hará frente a la ira de Dios por abandonar la yihad, sino que ha cometido un gran crimen", indicó el grupo en un comunicado publicado en su página web.
"Si lograr la paz con los ocupantes era tan importante, ¿por qué esta gente amante de la paz no lo hizo con los rusos, que mataron a dos millones de personas y cuya ocupación fue seguida por una brutal guerra civil?", se preguntó.
Por contra, la facción disidente de los talibán encabezada por el mulá Mohamad Rasul ha aplaudido el acuerdo de paz entre el Gobierno y Hezb-e-Islami, recalcando la postura de la formación contra la ocupación extranjera.
El mulá Rasul ha reclamado a los grupos insurgentes, entre ellos el grupo talibán principal, que adopte una postura similar a la de Hekmatyar y trabaje para liberar el país.
El líder de la facción disidente ha descartado participar en negociaciones de paz mientras el mulá Hebatulá Ajundzada, al que se ha negado a jurar lealtad, siga encabezando el grupo.
Las diferentes facciones talibán han combatido unas contra otras en algunas ocasiones por diferencias surgidas en torno al liderazgo del grupo integrista, que cambió tras confirmarse la muerte del mulá Mohamad Omar.
El mulá Rasul y sus seguidores rechazaron el nombramiento del mulá Ajtar Mansur tras la muerte de Omar, y tras la muerte del primero en un bombardeo estadounidense en Pakistán se opusieron también de la llegada al poder del mulá Ajundzada.