MÉXICO DF 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
El gobernador del estado mexicano de Morelos, Graco Ramírez, ha asegurado que cuando pasó a ostentar el poder, dos emisarios del crimen organizado trataron de pactar con él para que les dejara operar en el territorio, a cambio de no ejercer la violencia contra la ciudadanía.
Aunque prefiere no decir sus nombres, asegura que uno de ellos es una destacada figura política y confiesa que ambos le plantearon que los secuestros y otro tipo de delitos podrían terminar si decidía sentarse a dialogar con organizaciones dedicadas al narcotráfico.
"Uno me amenazó tácitamente al decirme que eran 300 personas armadas, muy bien armadas. Yo le respondí: 'no tengo nada que ver con eso y no voy a aceptar nada, ni me plantees el tema, ni sé de qué me hablas'", ha destacado Ramírez en una entrevista al diario local 'El Universal'.
Asegura que recibió un 'narcoestado', "como lo es ahora Guerrero", en el que la infiltración del crimen organizado en los mandos policiales era del 90 por ciento y al menos un presidente municipal tenía claros nexos con este tipo de bandas. Califica de "terrible" la situación que se daba en aquellos momentos pero se felicita por haber sido capaz de reducir las cifra de violencia que se dan en la zona.
Para transformar esa realidad Ramírez creó una nueva Policía, estableció un mando único y contrató a Jesús Alberto Capella como secretario de Seguridad de Morelos, un activista que pasó de reclamar a las autoridades justicia a dirigir la seguridad pública de Tijuana, cuando se dieron las mayores cifras de homicidios en esta ciudad del norte de México.
"Desde febrero a la fecha, nombrando los mandos, puedes ver perfectamente cómo bajamos los índices de secuestro. Creamos también la Unidad Antisecuestros, que no existía y solo había cuatro personas (dedicadas a esta tarea). Tuvimos que capacitar, enviar a la Policía a Colombia, El Salvador y mandar a otros (agentes) para que fuesen capacitados por el FBI", ha destacado Ramírez.
Entre sus logros asegura que está haber detenido al líder regional de Guerreros Unidos en 2013, Noé Catalán Díez, y "haberles quitado el control" de la Policía a organizaciones como La Familia Michoacana.
"A esta situación hemos llegado, donde la penetración es por plata (dinero) o por amenaza de plomo y es lo que tenemos que romper con una voluntad política clara y con otra visión que tengo que es acabar con la marihuana como delito", ha afirmado.
Miembro del Partido de la Revolución Democrática, al que también pertenecía el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, Ramírez ostenta el cargo de gobernador de Morelos desde el 1 de octubre de 2012, tras haber sido senador de la República por este estado.