KABUL, 1 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno afgano controla menos del 60 por ciento del país, según las estimaciones del Ejército estadounidense dadas a conocer este miércoles por el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), después de que las fuerzas de seguridad se retiraran de varios bastiones el año pasado.
Los soldados y policías afganos, con la ayuda de miles de asesores militares extranjeros, están tratando de contener la recurrente insurgencia obra de los talibán, así como la presencia de otros grupos como Estado Islámico.
A fecha de noviembre, el Gobierno solo podía reivindicar el control o la influencia sobre el 57 por ciento de los 407 distritos de Afganistán, según el último informe trimestral del SIGAR remitido al Congreso estadounidense. Esto representa una pérdida del 15 por ciento del territorio controlado con respecto al mismo periodo en 2015, según el documento.
"El análisis de SIGAR sobre los datos más recientes aportados por las fuerzas estadounidenses en Afganistán sugiere que la situación de seguridad en el país no ha mejorado este trimestre", explica el documento.
"Las cifras de las fuerzas de seguridad afganas están disminuyendo, mientras que tanto las víctimas como el número de distritos bajo control o la influencia insurgente va en aumento", añade. Más del 10 por ciento de los distritos están bajo control o la influencia insurgente, mientras que el 33 por ciento están en disputa.
Algunas de las provincias más contestadas son Uruzgán, con cino de los seis distritos bajo control o influencia insurgente, y Helmand, donde ocho de los 14 distritos están controlados o bajo la influencia de los insurgentes.
Los oficiales militares estadounidenses señalan que buena parte de la pérdida de territorio refleja un cambio en la estrategia, con las fuerzas afganas abandonando muchos puestos de control y bases para consolidar y enfocarse en las zonas más amenazadas. Los insurgentes han intentado en al menos ocho ocasiones capturar capitales provinciales, aunque sin éxito.
Según las estimaciones del Ejército estadounidense, el número de afganos que viven bajo control o influencia insurgente ha disminuido ligeramente en los últimos meses, hasta los 2,5 millones de personas.
Pero casi un tercio del país, es decir, 9,2 millones de personas, viven en zonas que están contestadas, según SIGAR, lo que provocó una de las mayores cifras de víctimas civiles que la ONU ha registrado en Afganistán.
Las fuerzas de seguridad afganas también han sufrido fuertes bajas, con al menos 6.785 soldados y policías muertos en los diez primeros meses de 2016, y 11.777 heridos, según SIGAR, que ha informado de algunos progresos en la lucha contra la corrupción, que ha afectado tanto al Ejército como a las instituciones políticas en Afganistán.