MADRID, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Irak ha aprobado este domingo el paquete de medidas propuesto hace apenas unas horas por el primer ministro, Haider al Abadi, para llevar a cabo una reforma institucional destinada a acabar con la corrupción.
"El Consejo de Ministros ha votado por unanimidad a favor de la primera de las reformas que el primer ministro ha presentado en la sesión extraordinaria de hoy", ha informado el propio Al Abadi en su página de Facebook.
Tras el 'sí' del Consejo de Ministros, queda ahora el visto bueno del Parlamento, si bien se desconoce cuándo se llevará a cabo la votación sobre este paquete de medidas.
Al Abadi ha difundido por las redes sociales un comunicado en el que, haciendo uso de sus facultades como primer ministro y "en busca del interés público", ha dado a conocer una serie de cambios en el gabinete y en su política.
El más significativo es la supresión "inmediata" de los cargos de vicepresidente de la República --actualmente hay hasta tres-- y presidente del Consejo de Ministros para agilizar la toma de decisiones en el seno del Ejecutivo.
Este cambio supone reforzar el papel de Al Abadi y la salida de su antecesor en el cargo, Nuri al Maliki, que el 8 de septiembre de 2014 tuvo que dimitir por una política sectaria a la que la comunidad internacional achacó el avance imparable del Estado Islámico.
Al Abadi también ha planteado una reforma en la selección de los cargos públicos que elimine las tradicionales cuotas sectarias entre suníes, chiíes y kurdos y que se base en criterios de formación, experiencia y mérito.
Además, pretende reducir los mandatos de todos los cargos públicos, una medida que afectará desde los miembros del Gobierno hasta las autoridades locales, así como reducir su remuneración eliminando las "asignaciones especiales".
El primer ministro ha abogado igualmente por "abrir los casos del presente y del pasado sobre corrupción" y por formar jueces y fiscales especializados para garantizar "la mayor imparcialidad" en estas investigaciones.
Por último, en el contexto de la guerra que Irak está librando contra el Estado Islámico, que controla amplias zonas en el norte del país, Al Abadi ha propuesto transferir cualquier superávit público a las arcas de los ministerios de Interior y Defensa.
En la misma línea, pretende revisar la escolta asignada a los altos cargos --cuya distribución ha suscitado varias polémicas sobre la protección a los representantes de cada comunidad-- para destinar el mayor número de efectivos a la lucha contra los milicianos de negro.
APOYO DE AL SISTANI
Al Abadi cuenta con el respaldo del influyente clérigo chií Alí al Sistani, que en su sermón del pasado viernes instó al Gobierno a "actuar con puño de hierro" contra la corrupción al considerar que "los pasos menores" dados hasta ahora no han servido de nada.
Esta campaña anticorrupción es una respuesta a las protestas que han tenido lugar en las últimas semanas en varias ciudades iraquíes, entre ellas Bagdad, en demanda de una mejor gobernanza.
Las autoridades iraquíes temen que el descontento social acabe afectando a la lucha contra el Estado Islámico, protagonizada por unas Fuerzas Armadas desorganizadas y desmoralizadas.