LONDRES, 20 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno británico ha defendido este lunes su decisión de invitar al nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, a una visita de Estado a Reino Unido, que incluirá una audiencia con la reina Isabel II, a pesar de la oposición popular y de las protestas que han tenido lugar este lunes a las afueras del Parlamento británico.
Cientos de manifestantes se han concentrado ante Westminster para protestar contra Trump precisamente mientras el Parlamento debatía sobre si la reina Isabel II debería recibir o no al nuevo mandatario norteamericano.
El Gobierno de Reino Unido invitó a Trump a realizar una visita de Estado a finales del año pasado, pero una petición pública planteada al Parlamento logró reunir más de 1,8 millones de firmas para evitar que la visita de Trump fuera de Estado porque "avergonzaría" a la reina tener que recibir al mandatario norteamericano. El sistema británico obliga al Gobierno a responder a una petición si supera las 10.000 firmas y se debate en la Cámara de los Comunes si supera las 100.000.
En su respuesta, el Gobierno rechaza la petición. "Teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene un papel fundamental en el mundo, creemos que lo correcto es utilizar todos los medios a nuestra disposición para construir un terreno común con el presidente Trump", ha explicado Alan Duncan, viceministro de Exteriores. De acuerdo con Ducan, las visitas de Estado son "la herramienta diplomática más importante de Reino Unido" por lo que el viaje de Trump tendrá lugar tal y como estaba planeado.
Sin embargo, la oposición no ha escatimado en calificativos para Trump, al que han llamado "racista y sexista", "niño petulante" o "profundidades cavernosas de la ignorancia científica".
El diputado nacionalista escocés Alex Salmond ha afirmado no estar seguro si está más afectado por la moralidad de la invitación o por su estupidez y el laborista Paul Flynn ha recordado que solo dos presidentes estadounidenses han sido invitados a una visita de Estado en más de medio siglo. Flynn ha destacado que "no hay precedentes" para una invitación así para un presidente con solo siete días en el cargo. El debate ha durado tres horas.
Mientras el Parlamento británico debatía la petición popular --en un debate político no vinculante-- unas 7.000 personas se han concentrado a las afueras del Parlamento con pancartas, en las que se podían leer frases como "Tira a la basura a Trump, lucha contra el fanatismo".
"Todo esto tiene que ver con el auge del odio y del extremismo, que están personificados en Trump. No es sólo sobre él, pero él representa todo lo malo que está pasando en el mundo a día de hoy", ha explicado Alison Dale, una participante en las manifestaciones de 61 años. "La invitación es como arrodillarse ante él, nos hace parecer desesperados. Ahora que nos vamos de la Unión Europea, está claro que estamos desesperados por conseguir nuevos acuerdos comerciales y eso nos hace parecer débiles", ha añadido.
"RELACIÓN ESPECIAL"
May aspira a reafirmar la "relación especial" que tradicionalmente ha mantenido Reino Unido con Estados Unidos, así como conseguir un tratado de comercio entre ambas naciones que compense en cierta medida su salida de la Unión Europea.
Desde que juró su cargo como presidente el pasado 20 de enero, Trump ha motivado multitudinarias manifestaciones en contra de sus políticas de inmigración, que pretendían impedir la entrada a Estados Unidos a cualquier persona procedente de Irán, Irak, Somalia, Libia, Siria, Líbano y Yemen. Millones de mujeres se manifestaron en su contra el pasado 21 de enero, ya que alegan que el nuevo presidente de Estados Unidos tiene un comportamiento completamente misógino.
Trump ha repetido en incontables ocasiones que su política migratoria tiene como objetivo proteger a Estados Unidos y que sus detractores sólo pretenden criticar sin fundamento a su Administración. A principios de este mes, un portavoz de la Casa Blanca aseguró que Trump tenía muchas ganas de visitar Reino Unido y que "valora especialmente la relación entre Estados Unidos y Reino Unido".