La entrega del último rehén político del ELN y el indulto a dos guerrilleros a destrabado el proceso
BOGOTÁ, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se reunirán este martes en Quito para iniciar de una vez por todas las negociaciones de paz, después de sucesivos retrasos a los que ha puesto fin la liberación del ex congresista Odín Sánchez, último rehén político de la guerrilla colombiana.
Odín Sánchez fue liberado el 2 de febrero tras diez meses de cautiverio que comenzaron cuando se intercambió por su hermano, el ex gobernador de Chocó Patrocinio Sánchez, secuestrado en agosto de 2013 por el Frente Occidental del ELN y aquejado de graves problemas de salud.
El ex congresista fue entregado a una misión humanitaria del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) cerca del río Baudó, en el departamento de Chocó (noroeste), que lo trasladó en helicóptero hasta Quibdó, donde pudo reencontrarse con su familia.
"¡Ya estoy libre!", celebró en sus primeras declaraciones a la prensa. Sánchez aclaró que, aunque ha estado "en el cuarto mundo" por las precarias condiciones en los campamentos guerrilleros, no recibió malos tratos por parte del ELN. En cuanto a su estado de salud, "hay cositas de quirófano", pero su estado psicológico "es envidiable".
Al mismo tiempo, el Gobierno excarceló a los guerrilleros Nixon Arsenio Cobos y Leivis Enrique Valero, que cumplían condena por rebelión en Girón y "sufren graves afecciones de salud a consecuencia de heridas en combate y la deplorable atención que brinda el Estado en sus cárceles", de acuerdo con el ELN.
Estas tres liberaciones forman parte del "acuerdo humanitario" al que la Casa de Nariño y el grupo armado llegaron en su ronda de contactos del pasado enero, en un intento por resucitar un proceso de paz cada vez más estancado.
Las conversaciones sustantivas debían haber comenzado en mayo de 2016 en la capital ecuatoriana --principal sede de este diálogo de paz--, según anunciaron las partes el 31 de marzo de ese año, tras dos años de "contactos exploratorios".
ENTREGA DE REHENES
La principal razón de esta parálisis era la negativa de la insurgencia a entregar a los rehenes que todavía tenía en su poder, algo que el Gobierno había exigido como requisito indispensable para instalar la mesa de negociaciones.
Sánchez era el último rehén político, si bien la guerrilla retiene todavía a varias personas --según datos del Gobierno--, entre ellos el soldado Freddy Moreno, que desapareció el 29 de enero en Arauca a manos del Frente Oriental del ELN.
El ELN también ha liberado al uniformado de cara a las negociaciones de paz. Moreno fue entregado el lunes en una zona rural de Arauca a "un equipo conformado por delegados del Comité Internacional de Cruz Roja y miembros de la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica".
Las dos partes han admitido que aún son muchas las diferencias entre ellas en lo tocante a la gestión del proceso de paz, a pesar de lo cual ambos equipos se han comprometido a comenzar las negociaciones este 7 de febrero en Quito.
'Pablo Beltrán', jefe negociador del ELN, ha confesado que encara este diálogo con "optimismo" y ha recalcado que el objetivo de los rebeldes es, no solo firmar la paz para Colombia, sino lograr "las transformaciones que se requieren" para que sea sostenible.
Por su parte, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha fijado como meta "la paz completa". Tras firmar el año pasado el fin de la guerra con las FARC, un acuerdo con el ELN supondría zanjar el conflicto armado con las guerrillas.
NUEVO PROCESO DE PAZ
El proceso de paz con el ELN tendrá un formato muy parecido al desarrollado con las FARC. Contará con una sede internacional, que en este caso se irá rotando, y habrá unos países garantes --Venezuela, Ecuador, Brasil y Noruega-- y otros acompañantes --Cuba y Chile--.
En esta mesa los interlocutores, diez por cada parte como máximo, "ejecutarán con la mayor celeridad y rigurosidad" una agenda de paz de seis puntos: participación de la sociedad, democracia, transformaciones, víctimas, fin del conflicto e implementación.
En el primer punto --participación de la sociedad-- las partes buscarán la implicación de los colombianos en "la construcción de la paz" a través de iniciativas y propuestas como parte de "un ejercicio dinámico y activo, incluyente y pluralista, que permita elaborar una visión común de la paz que propicie las transformaciones necesarias".
Con la "democracia para la paz", Gobierno y ELN desarrollarán "un debate" sobre las soluciones propuestas por la sociedad para "los problemas que afectan a su realidad" y "el tratamiento de los conflictos", lo que derivará en "un marco normativo" con "garantías para la manifestación pública".
En el punto sobre las "transformaciones para la paz", acordarán "un programa transformador para superar la pobreza y la contaminación ambiental", además de "planes alternativos integrales con un enfoque territorial" para las comunidades excluidas.
En el cuarto punto, las partes intentarán "poner en el centro" a las víctimas de la guerra colombiana mediante el reconocimiento, la verdad, la justicia y las garantías de no repetición. "El conjunto de estos elementos fundamenta el perdón y proyecta la reconciliación nacional", ha indicado Frank Pearl, jefe negociador del Gobierno para el ELN.
"En el fin del conflicto armado (quinto punto) el objetivo es erradicar la violencia", ha explicado. Se trata de pactar "un alto el fuego bilateral" y "propiciar el tránsito del ELN a la política legal". También incluye "esclarecer el fenómeno del paramilitarismo".
Por último, la Casa de Nariño y la insurgencia diseñarán "un plan general de ejecución" de lo pactado, que se basará en lo acordado en esta materia en los demás puntos de la agenda de paz, y establecerán "mecanismos de control, seguimiento y verificación con participación de la sociedad y de la comunidad internacional".
OBJETIVOS DISTINTOS
La agenda de paz guarda también paralelismo con la acordada en su momento por el Gobierno y las FARC, aunque carece de algunas cuestiones, como la justicia transicional y la participación política, que las autoridades colombianas pretenden extender a cualquier acuerdo con grupos armados ilegales.
La intención de Santos era hacer confluir los dos procesos de paz para acabar cuanto antes con el conflicto armado más longevo del hemisferio occidental, pero las guerrillas, si bien han admitido que puede haber puntos de conexión, rechazaron sentarse a la misma mesa de negociaciones.
FARC y ELN han coincidido en que llegado este momento histórico era necesario buscar una paz negociada, pero difieren en las demandas al Estado colombiano, insistiendo que, aunque el enemigo es el mismo, sus motivaciones son distintas.
Este es el quinto intento del Gobierno colombiano de firmar la paz con el ELN. Ya lo intentaron Belisario Betancur (1982-1986), César Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998) y Álvaro Uribe (2002-2010), pero hasta ahora la guerrilla, con unos 2.000 combatientes, se ha resistido a deponer las armas.