Rodrigo Duterte.
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Actualizado: jueves, 10 noviembre 2016 16:10

MANILA 8 Nov. (Reuters/EP) -

El ministro de Defensa de Filipinas ha reiterado la voluntad de reducir las relaciones militares con Estados Unidos, pero ha aclarado no habrá ninguna ruptura total, en un intento por aclarar las constantes amenazas del presidente filipino, Rodrigo Duterte.

Duterte ha amenazado varias veces con derogar los pactos de defensa y acabar con las maniobras conjuntas, después de arremeter contra las críticas de la administración de Barack Obama por su guerra contra las drogas, que ha matado a más de 2.300 personas en cuatro meses.

El ministro de Defensa filipino, Delfín Lorenzana, ha asegurado que la alianza de seguridad con Estados Unidos, que incluye un acuerdo de 2014 que permite el despliegue prolongado de las fuerzas estadounidenses, no será desechada. "La alianza se mantendrá. No será abolida, pero el número de actividades se verá reducido", ha añadido Lorenzana.

Un portavoz del Ministerio de Defensa filipino, Arsenio Andolong, ha señalado que Filipinas cancelará un total de siete ejercicios militares con Estados Unidos para 2017.

Además, Lorenzana ha informado de que los ejercicios bélicos conocidos como 'Balikatan' continuarán, pero se centrarán en actividades de ingeniería, cívicas y humanitarias.

Una portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Anna Richey-Allen, ha manifestado que no ha recibido ningún tipo de aviso oficial por parte de Filipinas. "Estamos a la espera una explicación a través de un diálogo directo. Seguiremos consultando, como hemos hecho siempre, con Filipinas para adaptar nuestra ayuda de manera adecuada. Cumpliremos nuestras obligaciones expuestas en los tratados y esperamos que Filipinas haga lo mismo", ha asegurado Richey-Allen.

Las declaraciones de Duterte en las que decía que los ejercicios militares de este año entre ambos países serían "los últimos", por el rechazo a tener tropas extranjeras en su país, han resonado internacionalmente y han desconcertado a gran parte de la región, al igual que el acercamiento a China, su rival histórico.

Estados Unidos se comprometió a proteger a Filipinas de agresiones externas a través de un tratado de defensa firmado en 1951. En 1992 Filipinas cerró las bases militares estadounidenses, pero el Ejército de Estados Unidos volvió en 2000 para realizar entrenamientos y ejercicios militares.

Las relaciones entre ambos países comenzaron se reforzaron en 2014 cuando un acuerdo dio acceso a Estados Unidos a varias bases militares. Duterte ha insinuado que podría derogar este acuerdo.

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