MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Filipinas ha aclarado este martes que no negociará con los terroristas del Grupo Maute que llevan casi un mes atrincherados en la ciudad de Marawi, en respuesta a los rumores que sugieren que los insurgentes islamistas quieren un canje de prisioneros.
Uno de los dos hermanos que dirigen el grupo armado, Abdulá Maute, se reunió el domingo con líderes religiosos a quienes ofreció liberar al vicario general de Marawi, Chito Suganob, a cambio de que las autoridades filipinas entreguen a sus padres, que fueron capturados el pasado 6 de junio, de acuerdo con el 'Daily Inquirer'.
"Las conversaciones de los líderes religiosos con los terroristas no estaban autorizadas por el Gobierno (...) y, por tanto, cualquier demanda hecha en las mismas no tiene fundamento", ha dicho el portavoz presidencial, Ernesto Abella, en declaraciones a la prensa.
Abella ha subrayado que la política gubernamental de no negociar con terroristas "se mantiene". "Quiero recordar que la gravedad de lo que ha pasado en inmensa. Deben rendir cuentas por todas sus acciones", ha defendido Abella, de acuerdo con la cadena filipinas ABS-CBN.
Los combates en Marawi contra los insurgentes islamistas se reanudaron el lunes, tras el fin de la tregua de ocho horas acordada por las partes con motivo de las celebraciones del Eid al Fitr, con las que concluyó el mes sagrado de Ramadán, y han continuado este martes.
El portavoz militar Joar Herrera ha afirmado que el alto el fuego ha sido "pacífico en términos generales" y que ha permitido a las fuerzas filipinas rescatar a trece rehenes. Sin embargo, algunos habrían sido decapitados y otros obligados a luchar junto a los terroristas, ha alertado.
Herrera ha confiado en "poder liberar Marawi lo antes posible" porque el Grupo Maute "se está desmoronando". "Hemos dado por buenos las informaciones que indican que tienen problemas internos", ha afirmado, detallando que les falta dinero para suministros y armamento.
Desde que comenzaron los combates en Marawi, hace ya varias semanas, 290 terroristas, 70 militares y 27 civiles han muerto y unas 250.000 personas han tenido que abandonar la ciudad para escapar de la violencia, de acuerdo con el último balance oficial.