MANILA, 2 Abr. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Filipinas y los rebeldes maoistas han reiniciado este domingo en Oslo las conversaciones de paz sin que ninguna de las dos partes se haya comprometido a un alto el fuego para aplazar, aunque sea unas semanas, un conflicto histórico que se ha cobrado las vidas de más de 40.000 personas desde 1968.
En este sentido, el Ejército filipino ha señalado que los rebeldes, el Nuevo Ejército Popular -- brazo armado del Partido Comunista de Filipinas -- tenían pensado usar la tregua como excusa para extorsionar a negocios y particulares, según el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Eduardo Ano.
Los rebeldes, por contra, han manifestado que si no han declarado unilateralmente la tregua es porque el Gobierno jamás tuvo intención de sumarse al cese de hostilidades, y anticipa que el Ejército filipino intensificará sus operaciones durante las conversaciones de paz.
El volátil presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ya avisó en febrero que no se prestaría a firmar un acuerdo de alto el fuego con los rebeldes y ordenó a sus militares que se prepararan para la lucha.