TRÍPOLI 22 May. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Libia ha acusado al Congreso General Nacional de poner en riesgo la seguridad de la capital Trípoli, al encargar la protección de la sede parlamentaria a la milicia Escudo Central, procedente de Misrata y con fuertes lazos islamistas.
El presidente del Parlamento, Nuri Abu Sahmain, solicitó los servicios de esta milicia después de que un grupo de hombres armados supuestamente leales al general renegado Jalifa Haftar irrumpiesen el pasado domingo en el Congreso.
Haftar enmarcó este ataque dentro de su campaña para limpiar Libia de milicias islamistas. Dos días antes, sus tropas atacaron a grupos radicales en Benghazi y mataron a más de 70 personas, en los peores choques registrados en esta ciudad en los últimos meses.
El ministro de Cultura, Habib Lamin, ha subrayado que la "entrada" en Trípoli de "una fuerza que no pertenece al Gobierno" amenaza la seguridad de toda la población. "Estamos en una situación crítica y peligrosa", ha advertido, en declaraciones a los periodistas.
La división es patente entre el Gobierno y el Congreso General Nacional. El propio Parlamento permanece, a su vez, separado entre facciones islamistas y fuerzas más moderadas, así como entre distintos grupos regionales y tribales, lo que limita la toma de decisiones.
La parálisis es tal que la Cámara no ha aprobado los presupuestos ni ha confirmado la composición del Gobierno del nuevo primer ministro, Ahmed Maitiq, designado tras una caótica votación. El Congreso, de momento, ha ignorado los llamamientos del Ejecutivo para congelar su actividad hasta que se celebren elecciones.