El Gobierno libio respaldado por la ONU llama a elecciones generales en marzo de 2018

Fayez Serraj, primer ministro del Gobierno de unidad de Libia
IMAIL ZEITOUNI/REUTERS
Actualizado: domingo, 16 julio 2017 18:15

TRÍPOLI, 16 Jul. (Reuters/EP) -

El jefe del Gobierno de Libia respaldado por la ONU llamó a celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias en marzo de 2018, aunque sus propuestas probablemente tendrán que competir con otros esfuerzos libios e internacionales para poner fin al conflicto en el país.

En un discurso divulgado el sábado por la noche, Fayez Serraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional, también llamó a un cese al fuego nacional y a la fusión de órganos parlamentarios rivales con sede en Trípoli y en el este de Libia.

Serraj ha afirmado que está presentando una hoja de ruta debido a su "determinación a escapar de la crisis actual y unir a los libios". "Confío en que el espíritu nacional superará a los estrechos intereses personales e invito a todos a ofrecer su compromiso, incluso si es doloroso hacerlo", declaró.

Llegar a un acuerdo sobre un plan electoral y celebrar elecciones nacionales sería un gran desafío debido a las divisiones políticas en Libia, a la inseguridad reinante, a enfrentamientos y al deterioro de la infraestructura.

Libia se sumió en el conflicto tras el levantamiento que derrocó al líder Muammar Gaddafi hace seis años. Las elecciones previas en el país, en 2014, condujeron a la formación de gobiernos y parlamentos rivales en Trípoli y en el este, ambos respaldados por alianzas inestables de grupos armados.

El Gobierno de Acuerdo Nacional es el resultado de un acuerdo mediado por la ONU para estabilizar y unir al país, firmado a fines de 2015 con el respaldo sólo parcial de facciones políticas y armadas. Tiene autoridad limitada y ha sido rechazado por facciones orientales que siguen al comandante militar Jalifa Haftar.

Desde que llegó a Trípoli en marzo del año pasado, Seraj ha intentado formar un Gobierno funcional o controlar a poderosas milicias. Una grave crisis de liquidez, frecuentes cortes de energía y de suministro de agua, y problemas con servicios públicos han empeorado la calidad de vida para la mayor parte de la población.

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