MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Durante los últimos días del Gobierno de Barack Obama, algunos altos cargos de la Casa Blanca se esforzaron por difundir información sobre los posibles contactos entre aliados del entonces presidente electo, Donald Trump, y Rusia, según ha revelado este miércoles el diario 'The New York Times'.
Ex altos cargos estadounidenses han asegurado al periódico que con esta medida tenían dos objetivos: que este tipo de injerencias no se repitieran en el futuro ni en las elecciones de Estados Unidos ni en las de otros países europeos, así como dejar cierta información de Inteligencia para que se lleven a cabo investigaciones.
Asimismo, varios aliados de Washington, entre ellos el Gobierno británico y el neerlandés, dieron información describiendo reuniones en varias ciudades europeas entre altos cargos del Gobierno ruso y socios de Trump, tal y como han asegurado tres ex altos cargos estadounidenses, que han solicitado hablar bajo condición de anonimato --al tratarse de información clasificada--.
Esta información se ha publicado días después de que Trump dijera que cree que su predecesor en el cargo está detrás de las filtraciones en su Administración.
"Creo que está detrás de ello. Creo que se trata de política, así es como funciona", ha dicho, tras ser preguntado en la cadena FOX sobre quién sería responsable de la organización de las protestas contra él.
"Creo que Obama está detrás porque es seguro que su gente está detrás", manifestó, agregando que "algunas de las filtraciones posiblemente vienen de ese grupo".
Este mismo miércoles, el diario 'The Washington Post' ha revelado que el fiscal general, Jeff Sessions, también se reunió con el embajador ruso, Sergei Kisliak, encuentros que ocultó cuando se le preguntó sobre posibles contactos con Moscú durante su ceremonia de jura del cargo.
Ya el pasado mes de febrero el entonces asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Flynn, se vio obligado a dimitir después de que que saliera a la luz que había mentido al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos de la Casa Blanca acerca de una conversación que había mantenido con el embajador ruso.