KATMANDÚ, 19 Ene. (Reuters/EP) -
Las conversaciones entre el Gobierno de Nepal y los grupos étnicos minoritarios para resolver las disputas sobre la nueva Constitución se han roto, impidiendo así el fin de las protestas por la falta de combustible que ha asolado el país, según han anunciado los líderes de la oposición.
El Frente Unido Madhesi, que quiere que las fronteras estatales sean rediseñadas para que las regiones del sur tengan más poder, ha afirmado que las conversaciones con los negociadores del Gobierno se habían convertido en un "sin sentido".
El ministro de Defensa, Bhim Rawal, ha asegurado que el problema fronterizo podría resolverse mediante un comité político en tres meses, aunque los líderes del partido Madhesi dudan de que esta posibilidad se pueda llevar a cabo.
"No podemos confiar en el Gobierno (...). Nos han traicionado en el pasado con garantías similares", ha explicado otro de los líderes de la etnia madhesi Lexman Lal Karna.
Los grupos étnicos que residen en la provincia de Tarai, región limítrofe con India, se oponen a la nueva Constitución, ya que supondría la división de su región y una menor representación en el Parlamento y en los órganos gubernamentales.
Después del fin de las conversaciones, decenas de activistas de la etnia madhesi han quemado neumáticos en una carretera cercana a la ciudad de Birgunj con el objetivo de protestar la nueva estructuración del país en siete provincias federales que se recogería en la nueva Constitución.
Nepal ha acusado a India de apoyar a los manifestantes que se localizaban cerca de su frontera e imponer un bloqueo del transporte de camiones de mercancías desde India hacia Nepal, aunque el Gobierno indio ha negado estas acusaciones.
En la frontera este con India también se han producido atascos en un puente que divide los dos países, ya que sus propietarios cargaban sus depósitos de gasolina para venderla en Nepal. "Ha sido un buen negocio", ha afirmado una mujer llamada Devi, que venía de una ciudad india para vender gasolina en la frontera.
Las movilizaciones nepalíes en el límite con India, en señal de protesta por la reforma de la Constitución, han llevado a la interrupción del flujo de suministros procedentes de India. Las manifestaciones han forzado a Katmandú a firmar un tratado con China para acabar con la crisis de combustible.
Más de 50 personas han muerto desde que en septiembre de 2015 se iniciaran las protestas contra el Gobierno en la frontera sur con India.