Actualizado: miércoles, 30 marzo 2016 5:08


MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Pakistán ha dado un ultimátum este martes a los manifestantes que permanecen de sentada frente al Parlamento, recalcando que serán desalojados de la zona "a cualquier coste" después de esta noche.

Alrededor de 2.000 personas permanecen en una sentada frente al Parlamento en protesta por la ejecución en febrero de Mumtaz Qadri, quien asesinó en 2011 al gobernador de la provincia de Punyab Salman Tasir.

"Si la protesta no termina en la próxima hora, desalojaremos la 'Zona Roja' por la mañana", ha dicho el ministro del Interior, Chaudhri Nisar Alí Jan, según ha informado el diario paquistaní 'Dawn'.

"No es difícil llevar a cabo una operación, pero hay gente inocente que ha sido engañada, y no queremos un baño de sangre, queremos que esto termine de forma pacífica", ha agregado.

En este sentido, ha recalcado que "el Gobierno está haciendo todo lo posible para proteger la vida de la gente", si bien ha recalcado que "se asegurará de que, de alguna manera, todo ha terminado mañana (por el miércoles)".

La protesta está encabezada por Sunni Tehrik (ST) y Tehrik-i-Labbaik Ya Rasul (SAW), que han asegurado que la sentada continuará hasta que el Gobierno acepte sus diez demandas, según ha informado el diario paquistaní 'Dawn'.

Entre las demandas figuran la aplicación de la 'sharia' en el país y la declaración de Qadri como un mártir, así como la liberación de todos los clérigos suníes acusados de terrorismo y asesinato.

Asimismo, exigen garantías de que la ley de blasfemia no será enmendada y la retirada de todos los no musulmanes que ocupen puestos "clave" en la administración del país.

Qadri es considerado por algunos como un héroe por asesinar a Tasir, que era partidario de reformar la ley contra la blasfemia en el país, que contempla penas de cárcel y hasta la pena de muerte por insultar al Islam o al profeta Mahoma.

El asesinato de Tasir puso en evidencia la lucha entre los elementos más conservadores y más liberales de la sociedad paquistaní. Más de cien personas son acusadas de blasfemia y condenadas a penas de cárcel cada año en este país de mayoría musulmana, siendo la mayoría de los acusados cristianos y de otras minorías. Los críticos denuncian que a menudo esta ley se utiliza para acabar con disputas personales.

Nadie ha sido todavía ejecutado por cargos de blasfemia, pero al menos 65 personas han sido asesinadas por acusaciones relacionadas con la blasfemia desde 1990, de acuerdo con datos del Centro de Investigación y Estudios de Seguridad y cálculos de Reuters.

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