MADRID, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno palestino ha rechazado este martes el informe de Estados Unidos sobre la muerte en mayo de la periodista Shirín abu Aklé durante una operación de las fuerzas israelíes en Yenín y ha señalado que el objetivo es "ocultar el hecho de que un soldado israelí cometió el crimen".
Washington afirmó el lunes tras examinar el proyectil que la bala "probablemente" partió de las posiciones del Ejército israelí, si bien destacó que "no se ha podido llegar a una conclusión definitiva sobre el origen de la bala que mató a la periodista palestino-estadounidense Shirín abú Aklé". Washington respaldó además la versión israelí en lo que respecta a la intencionalidad del disparo.
"El Coordinador de Seguridad de Estados Unidos (USSC, por sus siglas en inglés) no ha hallado motivo alguno para creer que se tratara de un (disparo) intencionado, sino que sería el resultado de las trágicas circunstancias durante una operación del Ejército israelí contra facciones de Yihad Islámica", afirmó el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price.
En respuesta, el Ministerio de Exteriores palestino ha publicado en un comunicado en el que ha recalcado que el Gobierno israelí "tiene la responsabilidad del crimen" y ha lamentado que las conclusiones de Estados Unidos utilicen "pretextos débiles" para "permitir que el país ocupante pueda evadir su responsabilidad en la muerte de Abu Aklé".
"Las investigaciones oficiales palestinas y varias investigaciones imparciales confirmaron de forma profesional, responsable y categórica que fueron soldados de la ocupación los que mataron deliberadamente a Abu Aklé", ha recalcado, antes de asegurar que seguirá trabajando "a todos los niveles", incluido el Tribunal Penal Internacional /TPI), para lograr que se haga justicia en el caso.
Tras conocer el resultado del examen estadounidense, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Aviv Kohavi, ordenó seguir con la investigación de lo ocurrido "por todos los medios disponibles" y "en busca de la verdad". "El Ejército israelí lamenta cualquier daño causado a no combatientes, también durante un tiroteo o en una zona de combate y está absolutamente comprometido con la protección de la santidad de la vida humana y la protección de la libertad de prensa", dijo.
Las conclusiones de la investigación independiente realizada por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la muerte de la periodista coinciden con la evaluación realizada por las autoridades palestinas y que apuntan a las fuerzas israelíes como responsables de la muerte de la reportera.
Las conclusiones de la investigación desmontan además la narrativa de que existiera actividad de palestinos armados en las inmediaciones de la posición donde se encontraban los reporteros, como apuntó Israel en su momento. El Ejército israelí admitió varios días después la posibilidad de que la periodista muriera de un disparo efectuado por sus propias fuerzas pero siempre de manera no intencionada.