Tratamiento contra la fiebre amarilla en Sudán
MOHAMED NURELDIN ABDALLAH / R
Actualizado: miércoles, 22 junio 2016 18:10


KINSASHA, 22 Jun. (Reuters/EP) -

El Gobierno de República Democrática del Congo se está quedando sin vacunas para la fiebre amarilla, sobre todo en la capital, Kinsasha, después de haber vacunado a más de dos millones de personas y de que se hayan confirmado cinco muertes y 67 casos en el país.

Varios habitantes de Kinsasha han declarado que les ha sido denegada la vacuna debido a la escasez de reservas, a pesar de haber estado esperando colas para recibir una dosis durante horas. A pesar de que el Gobierno ha prometido que recibirán más dosis pronto, la realidad es que las autoridades no saben si podrán hacer frente al coste que implica comprar más vacunas.

En el barrio de Ndjili, uno de los suburbios más pobres de la ciudad, se han llegado a registrar peleas para conseguir una dosis de la vacuna. "Todo el mundo ha acudido en tropel, incluso de otros distritos. Antes de que nos pudiéramos dar cuenta ya no nos quedaban más vacunas", ha declarado el médico congoleño Murphy Nzuzi, que trabaja en un centro de salud de la localidad.

El ministro de Sanidad congoleño, Felix Kbange, anunció el lunes que 67 casos habían sido confirmados en las provincias de Kinsasha, Bajo Congo y Kwango. Se sospecha que otras 1.000 personas pueden estar infectadas y se encuentran bajo vigilancia por las autoridades médicas. Desde que se detectó el brote en RDC, cinco personas han perdido la vida a causa de la fiebre amarilla.

Entre el Gobierno y las organizaciones humanitarias, más de dos millones de personas han recibido vacunación contra la fiebre amarilla en República Democrática del Congo, ya que la vacunación es la forma más eficaz y rápida de prevenir la enfermedad y evitar que se propague.

Sin embargo, excepto una pequeña cantidad de reservas en Bajo Congo y en Kinsasha, ya no quedan más dosis en RDC para vacunar al resto de la población. Las pocas dosis que quedan están siendo administradas por una pequeña agencia del Gobierno que se ha instalado en el principal hospital de Kinsasha, en el aeropuerto y en uno de los accesos fronterizos del río Congo con el país vecino, República de Congo.

La agencia gubernamental cobra unos 35 dólares por dosis, una suma totalmente inalcanzable para la inmensa mayoría de la población en Kinsasha. De acuerdo con datos del Banco Mundial, los congoleños cobran de media unos 380 dólares al año.

LA OMS PROMETE UN MILLÓN DE DOSIS MÁS

El portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en RDC, Eugene Kabambi, ha declarado que el Grupo Internacional de Coordinación de Suministro de Vacunas, formado por la OMS, la Cruz Roja, UNICEF y Médicos sin Fronteras (MSF), ha prometido que enviará a RDC un millón de dosis más.

No obstante, para que lleguen las vacunas es "necesario hacer un envío por avión, que llegaría muy pronto pero sería excesivamente caro, o un envío por barco, que tardaría varias semanas", ha añadido Kabambi.

Las reservas mundiales de vacunas para la fiebre amarilla ya han tenido que ser reabastecidas dos veces en lo que va de año. En la actualidad se cuenta con unos seis millones de dosis, pero pueden no ser suficientes si se siguen produciendo brotes simultáneos de la fiebre. De momento, unos 18 millones de vacunas han sido suministradas en RDC, Angola y Uganda, un récord histórico.

De todos los casos confirmados en República Democrática del Congo, 58 fueron importados de Angola, donde surgió el primer brote y siete se produjeron en suelo congoleño. La fiebre amarilla, que es producida por la picadura del mismo mosquito que provoca el virus del zika o del dengue, es una enfermedad especialmente peligrosa en zonas urbanas como Kinsasha, donde la densidad de población, la humedad y la falta de higiene la convierten en un enorme foco de riesgo para posibles epidemias.

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