YUBA, 17 Nov. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Sudán del Sur y los rebeldes se han acusado mutuamente de violar el tratado de paz firmado en agosto después de que los insurgentes denunciaran este martes que las tropas del Gobierno habían lanzado ataques contra sus posiciones en el estado de Unity.
El ministro de Defensa, Koul Mayang Juuk, ha afirmado que las tropas del Gobierno han atacado a los rebeldes en respuesta a los asaltos que los insurgentes realizaron en la última semana en los estados de Unity, Bentiu y Malakal y que provocaron la muerte de 22 personas.
También ha declarado que el ataque ha violado el tratado de paz firmado entre el presidente Salva Kiir y el líder de los rebeldes, Riek Machar. "Todavía creemos en la aplicación del acuerdo de paz", ha asegurado a la agencia Reuters.
El portavoz de los rebeldes, William Gatjiath Deng, ha asegurado a través de un comunicado que los últimos ataques de las tropas del Gobierno alcanzaron ocho de sus posiciones en el estado de Unity, territorio bajo su control, entre el domingo y el lunes.
"Estos ataques tienen lugar en un momento en el que el país necesita una situación de paz, cuando el Ejército de Liberación Popular de Sudán (SPLM/A) está preparando una visita a la capital, Yuba, para concienciar a la población sobre el acuerdo de paz", ha afirmado Deng. Aunque también acusa al Gobierno de querer "ganar más territorios" que están bajo el control de los rebeldes, un movimiento que amenazaría al acuerdo de paz.
Se espera que Machar viaje a Yuba el próximo 23 de noviembre para reunirse con los líderes del Gobierno del país en una conferencia de paz. Será la primera vez que vuelva a la capital desde que comenzara la guerra civil.
El estado de Unity ha vivido los peores combates del conflicto donde, han muerto miles de personas y más de dos millones han sido desplazadas, de las cuáles 500.000 han huido del país, según las agencias humanitarias.
La guerra civil estalló en diciembre de 2013 cuando una disputa política entre ambos dirigentes provocó el inicio de los combates entre el grupo étnico de Kiir, los dinka, y el de Machar, los nuer. El líder de los rebeldes firmó el acuerdo de paz el 17 de agosto y Kiir diez días después, aunque ambos bandos se acusan de atacarse mutuamente.