MADRID 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno español sigue de cerca la situación en Venezuela, con la vista puesta en que el régimen de Nicolás Maduro permita que las elecciones presidenciales previstas para este año se celebren con todas las garantías democráticas, según fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press.
Tras la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno venezolano y la oposición, el Ejecutivo español quiere ahora ver cómo se puede procurar que Maduro acceda a estas garantías, especialmente a permitir que todos los partidos puedan presentarse y que haya una observación de los comicios.
El gobierno español no ha valorado la posición expresada por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ha emplazado a la oposición a aceptar la convocatoria de elecciones el 22 de abril. Sus esfuerzos de mediación, liderados por el presidente dominicano Danilo Medina, siempre han contado con el apoyo del Ejecutivo, partidario de una solución democrática y negociada.
Esa negociación está ahora en un "receso indefinido" pero las fuentes consultadas aseguran que si surgiese una posibilidad de diálogo que sirva para que las elecciones se celebren con garantías contaría con el apoyo español.
Este miércoles, a punto de conocerse la ruptura de las negociaciones, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, insistía ante la Comisión de Exteriores del Congreso en que el Gobierno ha apoyado todos los esfuerzos de diálogo con "facilitación" externa. "Cuando conozcamos las condiciones en que se van a celebrar esas elecciones, si van a ser claras y transparentes, tomaremos una decisión", dijo a los diputados.
El ministro también defendió las sanciones europeas impulsadas por España --que motivaron la expulsión del embajador español de Caracas-- como instrumento necesario para que el Gobierno venezolano negocie con voluntad genuina. El pleno del Parlamento Europeo ha instado este jueves a incluir a Maduro y su cúpula militar en la lista de sancionados.
CRISIS POLÍTICA
La crisis política en Venezuela ha alcanzado un nuevo pico en las últimas horas por la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de fijar el 22 de abril como fecha de celebración de las elecciones presidenciales, un adelanto electoral que apenas deja tiempo a la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para poner orden en su casa y lanzar un candidato de consenso.
El CNE dio este paso horas después de que el diálogo que el Gobierno y la MUD retomaron el 1 de diciembre en Santo Domingo para pactar una solución a la crisis naufragara. El equipo gubernamental se negó siquiera a recibir las observaciones que la coalición opositora había hecho al borrador del acuerdo --que estaba casi cerrado-- y abandonó la capital dominicana.